De la reunión participaron los máximos dirigentes de las dos CTA: Hugo Yasky y Pablo Micheli, la Corriente Federal Sindical del bancario Sergio Palazzo, los camioneros de Hugo y Pablo Moyano, las organizaciones sociales Barrios de Pie, CCC y CTEP y representantes de otras agrupaciones convocantes de la marcha del 25 de mayo al Obelisco y del 21 de febrero a la 9 de Julio y San Juan.
En la sede de la calle Azopardo se propuso estirar la fecha de la medida de fuerza hasta que se cierre el acuerdo con el FMI, que se presume para mediados de mes pero pareció demasiado lejos y esa moción no prosteró.
La adhesión más esperada será la del Consejo Directivo de la CGT, que el próximo lunes recibirá una solicitud de acompañamiento de las regionales. Gordos e Independientes estarían de acuerdo. Yasky, Micheli, Palazzo y Moyano se ilusionan con el pliegue de todos los transportistas (trenes, colectivos, subte, taxis, aeronáuticos, portuarios, choferes), lo que garantizará la efectividad de la huelga.
Resulta imprescindible aclarar que desde la Confederación tenemos pleno convencimiento que «ningún esquema tarifario puede afectar el bolsillo de los trabajadores con asfixiantes incrementos sin que puedan ser acompañados por la progresión lógica de los aumentos salariales pautados durante el año», sostuvieron las cabezas de la CGT.