La Integración del Sistema de Salud estaría en el último tramo y la CGT en alerta por el manejo de las obras sociales

Con la idea de tener un sistema más eficaz, a partir de la pandemia de Coronavirus, el tema se metió en la agenda y después de un año, estaría en su última etapa, según confirmó la titular de Salud de la Nación, Carla Vizzotti.

Se trata fundamentalmente de llegar a un mejor financiamiento y lograr que el funcionamiento sea más eficaz. En ese punto, la funcionaria explicó que «se realizaron evaluaciones del sistema de salud en cinco consejos regionales y, a partir de los resultados, se sacarán conclusiones en el Consejo Federal de Salud en Neuquén» que tendrá lugar este lunes 16 de mayo.

Esta fue una idea que propuso la ex presidenta, Cristina Kirchner y que impulsaron fuertemente desde el Ministerio de Salud de la Provincia, hoy a cargo de Nicolás Kreplak. La propuesta tendría como eje central la creación de un Sistema Nacional Integrado de Salud que reúna al sector público, privado y las obras sociales.

Esto no cayó bien en la Confederación General del Trabajo, ya que todo pareciera «alejar» más su relación con la Superintendencia de Salud, quien administra los fondos de las obras sociales sindicales, hoy en su mayoría con los números en rojo, producto de un viejo arrastre de déficit económico que se agravó con la pandemia.

Justamente, a partir de un encuentro de mesa chica en Azopardo, el miércoles, se comenzó a gestionar una actualización de los fondos de las obras sociales, pero aunque notaron buena predisposición en la SSS,  la negativa vendría de parte de la ministra Carla Vizotti de liberar los recursos para asistir a las entidades de salud gremiales, probablemente por estar enfocada en la modalidad integrada.

Con todo, tanto desde la Rosada como desde el Instituto Patria e, incluso, desde el sindicalismo, coinciden en que es necesario reestructurar un sistema sanitario que consume una enorme cantidad de recursos y que la pandemia dejó en evidencia que no abarca a todos los sectores de manera equitativa.

Respecto a las obras sociales, el punto en cuestión con las organizaciones sindicales, entre otras cosas, plantea la necesidad de modificar el sistema de libre elección, de manera de evitar que se desfinancien y así garantizar la mejor cobertura para los afiliados.

«Debe existir una organización central desde el Estado que administre y coordine, porque lo que termina sucediendo es que las obras sociales se quedan sin recursos aunque tengan muchos afiliados», de otro modo «o aumentamos los aportes o ajustamos el servicio», eran los primeros argumentos del proyecto, que intenta «recuperar el carácter solidario que supo tener».

En síntesis, estos lineamientos fueron redactados para la campaña del Frente de Todos en 2019, pero lo que actualmente se pone en la letra definitiva no difiere demasiado de aquello.

Aún no está definido de qué manera se va a implementar: “Trabajamos con la Secretaría Legal y Técnica para definir las herramientas y normas que se requieren, sin duda algunas son leyes, pero también puede ser otro tipo de normas”, insistió Vizzotti, que parece haber quitado del medio la feroz interna del Gobierno, y avanzar pese a los desencuentros.

Más allá de eso, “estamos en el último tramo”, aseguró la ministra, sobre la Integración del Sistema de Salud en el que su estructura trabaja, con idea de generar los consensos necesarios, a través de mesas de diálogo, en las que participan todos los actores del sistema de salud.