El empleo informal, de relación laboral no legal (total o parcial) y la contratación a través del sistema monotributista -en el mejor de los casos del ejercicio del vínculo de tareas-, continúa creciendo en las relaciones de trabajo en todo el país. Esta situación, según informes privados recientes y del propio Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), se presenta tanto en zonas urbanas como rurales y cruza prácticamente todas las actividades productivas.
Paralelamente, el trabajo en blanco en el sector privado, viene teniendo una fuerte expulsión de mano de obra al tiempo que los empleados publicos caen en la cantidad de personal, con pérdida de puestos de trabajo en comercio y servicios, lo que expone la falta de coberturas de salud (con hospitales públicos colapsados por la demanda de aquellos ciudadanos que no acceden a ninguna cobertura), sumado a ámbitos laborales inseguros y faltos de higiene, con el no acceso a coberturas previsionales por falta de aportes y seguros impagos.
Este panorama se percibe en empresas y comercios de poco personal, donde sólo 3 de cada diez se encuentra ¨blanqueado¨, mientras que en las empresas de mayor contratación de trabajadores, el personal ¨en negro¨, disminuye y se invierte con 7 de cada 10 en esa condición, aunque cada es mayor la vinculación a través de facturas contempladas en el sistema de mono tributistas.
De hecho, el INDEC determinó que en el primer trimestre de este año, más del 27% de las persona que realiza tareas laborales diarias, son ¨no asalariados¨. Asimismo cálculos aún no terminados de procesar de organismos de medición pública y consultoras privadas, afirman que los porcentajes de informalidad y semi empleo siguen aumentando, por lo que se prevé que los informes que al cerrar los estudios del rubro laboral de la mitad del 2025 pueden superar el 40% de empleo informal, más allá del aumento de los índices de la desocupación plena.