La inflación no baja de 4% y crece la preocupación por un «amesetamiento» con alto desempleo y bajo consumo

Según el más reciente informe del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para el mes de agosto fue de 4,2%, con una incidencia importante de los tarifazos en los servicios que logra mantener a la inflación por encima del 4% desde hace ya cuatro meses, malogrando las expectativas oficiales de perforar ese piso, pese a los durísimos ajustes aplicados y a la recesión económica elegida como principal mecanismo antiinflacionario.

Así, la inflación de agosto superó en 0,2% la cifra registrada en julio, acumulando un incremento de 94,8% en lo que va del año (aunque la inflación interanual retrocedió al 236,7%). El rubro que registró mayores aumentos fue el de Vivienda, agua, electricidad y otros combustibles (7%), por las los aumentos en alquiler de vivienda y gastos conexos, suministro de agua y electricidad, gas y otros combustibles. Luego vienen Educación (6,6%, por el alza en los distintos niveles y tipos de enseñanza) y Transporte (5,1%, por los aumentos en el transporte público).

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Ya por debajo del promedio, se ubica el rubro con mayor incidencia en el IPC, Alimentos y bebidas no alcohólicas, que aumentó 3,6% (dentro del rubro, de todas maneras, se registraron incrementos de hasta 40% en algunos productos, sobre todo en el rubro Verduras, tubérculos y legumbres). En un desglosado por regiones, se constata que el Noroeste tuvo un alza del 5%, superando al promedio, lo mismo que la Patagonia (4,6%), Cuyo (4,5%) y Noreste (4,4%). Por debajo de la media se ubicaron el Gran Buenos Aires (4,1%) y la región Pampeana (3,9%).

Distintos sectores, tanto industriales como comerciales, comenzaron a cuestionar en duros términos la estrategia económica oficial, que apostó todo a una recesión que está destruyendo la producción, el consumo y el empleo, con el objetivo de bajar una inflación que finalmente no baja de 4% gracias a las decisiones oficiales en relación con las tarifas públicas y el combustible. En ese marco, según una reciente encuesta de la consultora Opina Argentina, por primera vez desde la llegada de Javier Milei a la presidencia, la inflación dejó de ser la principal preocupación de los argentinos siendo reemplazada por el temor a la desocupación (37% de los consultados la ubica en primer lugar).

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El brutal mazazo recesivo se traduce no sólo en la pérdida de cientos de miles de empleos y en un desplome de las ventas, que en algunos rubros alcanzan al 50% interanual (con datos como niveles de consumo de carne que son los más bajos en 110 años de historia argentina) sino también en el ámbito de la producción. Industriales Pymes Argentinos (IPA) advirtió que durante agosto y septiembre la producción fabril volvió a caer por el sostenido declive en las ventas en el rubro consumo masivo. Lejos de la prometida recuperación económica “en V”, el Observatorio IPA advierte respecto de la “peligrosidad” de un “amesetamiento” para el segundo semestre.

El titular de la entidad, Daniel Rosato, descartó una “reactivación” y alertó: “El mercado está planchado. Durante la primera semana de agosto comenzó a caer nuevamente la demanda y eso lo estamos registrando en los pedidos y la falta de producción en las fábricas. No estamos viendo un repunte sostenido en el consumo masivo, por lo que podríamos estar frente a un pronunciado amesetamiento de la actividad”. “La nueva caída se debe a los últimos aumentos de energía, con un mercado que da señales negativas, sin reactivación, y que muestra un nuevo descenso, aunque sea leve. Durante julio hubo una expectativa positiva, por efecto en el consumo del aguinaldo de medio año, pero ya en agosto y en lo que va de septiembre, las ventas volvieron a mostrar retracción”, concluyó.