Los principales referentes de la Confederación General del Trabajo tuvieron su foto en primera fila en la asunción de la ministra de Hacienda, Silvina Batakis, flamante reemplazo de Martín Guzmán, quien decidió su dimisión en plena tarde de sábado y mantuvo todo el fin de semana en vilo al Gobierno.
Esa ubicación se leyó como un pleno apoyo a la nueva funcionaria, pero desde el acto, la mesa chica de la central “voló” hacia la sede de UPCN, donde se reunieron para analizar las implicancias de los cambios y lo que se viene a partir de allí en materia económica y política, algo que intranquiliza a los principales representantes de los trabajadores.
Lo cierto es que este grupo viene “bancando” a Alberto Fernández, pese a que los resultados y los compromisos que tenía con la organización “brillan por su ausencia”. En ese sentido, algunos de los integrantes de la mesa mostraron su malestar y señalaron que “no alcanzan los gestos”, como el que tuvo el pasado viernes al visitar la central para el homenaje al general Juan Domingo Perón.
Se necesitan logros “tangibles” para los trabajadores hoy asediados por una inflación que día a día devalúa sus salarios y cuya mayor variable de descalabro es la feroz interna que atraviesa al Frente de Todos, la que se muestra como una máquina de frenar la gestión por no poder dirimir sus diferencias internas.
Se suma la falta de actualización con la deuda de fondos que tiene el Gobierno con las obras sociales sindicales, que por éstas horas, con insumos dolarizados, atraviesan situaciones fiscales totalmente «indeseables».
La incertidumbre sobre lo que vendrá hizo que la CGT no se expida con un documento como había trascendido, sino que decidieron en conjunto esperar el rumbo y las primeras medidas económicas, mientras se posicionan en un lugar de mayor independencia de la gestión Fernández.
El único decidido a romper el hermetismo fue Pablo Moyano al terminar el encuentro. Pero sucede que muchas veces, Moyano hijo, habla por él y no tanto por el grupo, que si bien trató el tema de hacer una muestra de fuerza, no definió fecha y todavía mostró inseguridades de llevarla a cabo.
El camionero hizo foco en el descontento que reina porque “Guzmán no ha cumplido con la expectativas” pero apuntó a que los “responsables por las subas de precios son las empresas”, con quienes “el Gobierno no ha sido suficientemente duro”. Ese fue su reproche al tiempo que reconoció una reactivación “ pero que no se nota en el bolsillo de la gente”.
Esto habla, a priori, de un apoyo sindical a la ministra, con quien pretenden reunirse a la brevedad. La pregunta que se hacen es si se pueda finalmente lograr el objetivo de que la paritaria le gane a la inflación, algo que parece imposible por éstas horas, donde no hay precios ni nuevas medidas que puedan llevar algo de calma a los mercados. Para ello prevén un nuevo encuentro de Consejo Directivo el próximo 14 de julio donde continuará el debate sobre una posible medida de fuerza.
El temor común de los dirigentes es que éste contexto lleve a perder las elecciones en el 2023 y vuelva al Gobierno un partido como el macrismo que es considerado “enemigo” por el movimiento sindical, que teme el arribo al poder y con ello el ataque contra el sindicalismo y los derechos de los trabajadores.
Participaron del cónclave: el anfitrión, Andrés Rodríguez, Héctor Daer, Carlos Acuña, Pablo Moyano, Gerardo Martínez, Abel Furlán, Jorge Sola, Guillermo Moser, Rodolfo Daer y Mario Manrique, entre otros.