Según distintos informes, la caída del poder adquisitivo de los salarios en términos reales alcanza al 22,9% para los trabajadores del sector público y al 17,7% para los del privado. Este importante atraso está teniendo un rol muy claro en las negociaciones gremiales, que por el momento aceptan los pagos en efectivo establecidos por decreto por el Gobierno de Alberto Fernández, pero apuntando a una recuperación del ingreso real.
El Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma y la Universidad de Avellaneda (Undav) coincidieron en diversos trabajos en esas cifras que reflejan la pérdida del poder adquisitivo de los salarios durante el mandato de Mauricio Macri. La situación de caída del salario real en el sector privado es diversa, ya que si bien el piso de pérdida es de 17,7%, en sectores como el textil llegó a superar el 38%, mientras que Alimentación, Comercio y la Metalúrgicos sufrieron un retroceso de entre 20 y 22%.
Mientras que la inflación oficial del año 2019 llegó al 53,8% (el punto más alto de los últimos 28 años), muchas recomposiciones salariales rondaron el 35%, lo que implica una fuerte pérdida de la capacidad de compra de los salarios. Si bien en muchos sectores gremiales se logró “empatar” con la inflación, en otros esto se logró gracias a las cláusulas gatillo disparadas a fines del año pasado y en algunos directamente se quedó por detrás de la inflación.
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Pero para este año, el Gobierno nacional desalienta la continuidad de los acuerdos salariales con cláusula gatillo, buscando “desindexar” la economía, lo que ya ha sido cuestionado por numerosos sectores sindicales, comenzando por la cúpula de la Confederación General del Trabajo. Para compensar, se apuesta al pago de sumas fijas a cuenta de próximos aumentos salariales, lo que permite inyectar millones de pesos al mercado para reactivar el consumo sin abrir todavía un escenario de discusión paritaria que seguramente será muy difícil.
El punto clave pasa por una reactivación económica real, ya que, más allá de que existen sectores empresarios que retacean los aumentos aún teniendo espaldas suficientes para asumirlos, lo cierto es que también hay otros (particularmente en el sector PyME) que realmente salió profundamente golpeado de la gestión Cambiemos, con un muy fuerte aumento de costos y un desplome de sus ventas en el mercado interno, lo que también condiciona fuertemente las posibilidades de afrontar incluso el pago de las sumas fijas establecidas por el gobierno. En ese contexto deberá moverse la negociación paritaria, que seguramente presentará fuertes contrastes en los distintos sectores laborales.
