La Iglesia señaló la desocupación como una “calamidad” y reclamó presencia del Estado

El vocero del mensaje en el Día del Trabajador fue el obispo de Lomas de Zamora, Monseñor Jorge Lugones, quien advirtió que la desocupación es una “calamidad y que estamos estamos «perplejos y sufridos, justamente por la falta de trabajo”.

En ese sentido, reclamó mayor presencia estatal y parafraseó palabras del Papa Francisco quien había expresado que “si el Estado no está para ayudar a los más vulnerables, se convertiría en botín de negocios y especulación y de la tiranía del libre mercado”.

Lugones fue crítico del gobierno nuevamente y admitió el malestar de la Iglesia respecto a la situación económica y social: “el trabajo es un derecho fundamental porque es un bien para el hombre, un bien útil, digno de él. El desempleo es una verdadera calamidad” denunció.

Así, Lugones, el obispo de buena relación con el sindicalismo, volvió sobre que “la gran deuda de los argentinos es la deuda social, en nuestro sostenido y valorados sistema democrático”.

“Una democracia estable, implica un Estado presente. Es importante este concepto porque el Estado es el que tiene que defender los derechos. Si el Estado no actúa a favor de los desposeídos pierde su razón de ser”, planteó.