La fuerte devaluación complica a la industria editorial y peligran fuentes de trabajo

La industria editorial atraviesa estos días de agosto con muchísimas dudas y parálisis de producción ante la fuerte devaluación que se produjo, que llevó al dólar desde los 45 pesos hasta los 62 de este miércoles. Fuentes del sector advirtieron que peligran cientos de fuentes de trabajo y que esta crisis cambiaria suma a la caída del consumo que se produjo en los últimos tres años.

En principio, hay que considerar que la resma de papel, que a principios de mes costaba 1670 pesos, hoy no tiene valor. Paulina Cossi, de Editorial Planeta, señaló: «Hoy no hay precio del papel, por lo tanto no tenemos definido cómo seguimos con los precios de los libros. Vamos a esperar unos días para ver qué sucede».

«En estos días es imposible que las imprentas te pasen un presupuesto, porque hay mucho material importado y hay muchas comodities que se eleva con el precio del dolar. Las empresas no tienen papel y entonces no pueden pasar presupuestos. Estamos todos muy preocupados en el sector», añadió Constanza Brunet de Editorial Marea.

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“Las papeleras no están vendiendo papel. La situación con el papel es irregular, intermitente desde hace dos meses y medio con semanas en donde no se consigue”, advierte Djament, directora editorial de Eterna Cadencia. Por otro lado, los precios de los libros que están en imprenta deberán ser retocados: “A nivel precios algo tenemos que tocarlos, no tenés mucha opción. Pero tampoco demasiado porque el consumo ya está muy castigado, si los subís todo lo que necesitás subirlos para empatar la devaluación, los libros quedan fuera del alcance de la mayoría de las personas”, adelantó Víctor Malumián, de Ediciones Godot.

En este contexto hubo gráficas como Belcar, en San Justo, que bajó sus persianas, por lo que quedaron 72 personas sin fuente laboral. Mismo caso se replicó en Ansabo, en Quilmes, que echó a 45 persona, Cartoon que despidió a 10 empleados y el grupo español SM que abandonó su sede en la Argentina y dejó sin trabajo a 200 personas, entre ellos editores, redactores y diseñadores gráficos.

Eduardo Amorin, integrante de la imprenta Grupos Piezas por Cooperativa Proyecto Coopar, señaló: «Es dramático lo que ocurre: no podemos cotizar a nuestros clientes, porque las papeleras no nos entregan el papel. Los costos como los servicios están dolarizados al igual que la tinta. Sólo pudimos terminar trabajos que ya teníamos comprometidos».