La Economía comienza a ganarle la batalla a la Salud y habrá salida gradual del aislamiento

Pese a la advertencia de los científicos, de la exposición y riesgo a la que ponemos a la franja etaria de los mayores y a todo el personal médico a cargo del sistema de Salud, la Economía empieza a hacer su juego y parece que ya no resiste más de cuatro semanas en la inactividad. De ahí la presión que ejerce sobre el mismo presidente, capitán de este barco que nada hoy contra la corriente del COVID19 que hace estragos en el mundo.

Según los economistas: con el 90 por ciento menos del consumo de combustible, el 80 por ciento de los comercios cerrados y miles de pequeñas y medianas empresas con chimeneas apagadas no hay margen para dudarlo mucho más. Se podría agregar, con el 40 por ciento de trabajo en la informalidad que no tendrá casi o ningún ingreso en su gran mayoría y otro tanto que lo habrán visto bajar en caída libre, parece indispensable comenzar a mover la rueda.

Lo mismo plantean desde la UIA, la Cámara de Comercio y aunque con mucho mayor cuidado también lo reconocen desde los gremios. Así, pese a la resistencia de Alberto Fernández, quien insiste en que “el Producto Bruto se puede revertir y que la muerte no”, hay una fuerte tendencia, y todo indica que así será: el próximo lunes comenzará una etapa nueva en la Argentina: una producción escalonada, segmentada, con sectores adicionales que se incorporarán a la actividad.

La logística para tal fin no será sencilla, desde Salud insisten en la necesidad de poder controlar el sistema sanitario y cuidar a nuestro personal médico. No están dispuestos a echar por la borda todo el esfuerzo que se vino realizando hasta ahora, luego de cuatro semanas de confinamiento obligatorio.

Pero lo cierto, es que, el Coronavirus continúa, y más que nunca, con su mayor vigor, de hecho, se espera el pico recién en el mes de mayo, y el presidente sabe que su credibilidad e imagen justamente se disparó positivamente cuando con dureza se puso –como pocas veces en nuestro país-, delante del problema, cuidando a su gente, lo que lo tiene en una tremenda encrucijada, que tendrá que resolver por éstos días.

Consciente también, de que esa subida, puede durar poco si da un paso desacertado. Ya pagó caro la semana pasada el costo de algunos errores como «meter a todos los empresarios en la misma bolsa» y tratarlos de «miserables», o ponderar al polémico camionero, Hugo Moyano, además de cerrar el viernes en plena cuarentena, con las calles atestadas de jubilados intentando cobrar su haberes en una acción completamente imprevista y desorganizada.

Mientras tanto se aceitan mecanismos de nuevas formas de viajar, se decretaría la emergencia en el Transporte Público, para flexibilizar frecuencias y horarios de ingreso y egreso a los trabajos, en vistas de evitar aglomeraciones y situaciones que nos lleven a tener un pico inmanejable de Coronavirus, como pasó en la mayoría de los países que dieron prioridad a sus economías por sobre la vida.