La Defensoría de servicios de comunicación audiovisual es un organismo que intenta reinstalarse, ser conocido, donde los trabajadores que se sientan maltratados, ofendidos invisibilizados puedan reclamar y a su vez capacitarse para su formación profesional en ese mismo sentido.
La titular del organismo, Miriam Lewin, confesaba en Estado de Alerta, que hasta hace poco la confundían con la defensa al consumidor y le traían reclamos de servicios, situación por la que “hay un fuerte impulso por dar a conocer e instalar el trabajo que se viene haciendo por las trabajadoras y trabajadores de los medios que están precarizados, en situación de peligro, a veces en el medio de una represión policial, o bajo presión de los gerentes de noticias”.
La Defensoría a lo largo de su historia “redactó, y ahora estamos actualizando, toda una serie de guías para comunicar responsablemente en distintas situaciones, en casos policiales, en casos de violencia sexual, en caso de consumos problemáticos… para evitar estigmatizaciones y para difundir el conocimiento”, señaló Lewin.
Si bien, “la Defensoría del Público no tiene capacidad de sancionar”, aclaró “siempre apuesta a la capacitación, a acercar posiciones y a reparar”, para multar a un medio, a un licenciatario, por ejemplo es el ENACOM, el organismo que tiene esas competencias.
“En nuestro caso siempre nos acercamos a las productoras televisivas o radiales, a los periodistas, a los periodistas de noticias con recomendaciones que se elaboran señalando qué derechos fueron vulnerados cuando se emitió un determinado contenido”, explicó la periodista con larga trayectoria en investigación.
Otro aspecto fundamental es la federalización ya que las problemáticas son muy diversas, y van desde “la falta de acceso a la televisión digital abierta, o la falta de contenidos adecuados para niños/as y adolescentes, o la estigmatización de algunos colectivos migrantes o de mujeres” añadió.
En el mismo sentido, agregó que estamos “buscando estrategias contra la violencia política por razón de género en los medios, por un lado las mujeres faltamos en los medios de comunicación, por otro lado las mujeres que tienen una opinión política o una militancia política en general son agredidas o en los mismos medios de comunicación, descalificadas, silenciadas, apartadas de sus lugares, criticadas por su apariencia física, su vida íntima, y sufriendo violencia psicológica, simbólica, económica y sexual”.
“Nosotros estamos limitados por ley a radio y televisión”, reconoció pero admitió que “vamos a intentar poner de manifiesto la necesidad de que sea nosotros u otro organismo tenga competencia en lo digital”, porque la realidad cambia a pasos agigantados y “lo que se dispuso hace 10 años ya quedó absolutamente obsoleto”, concluyó.