Con el índice de aumento de precios de mayo (5,1%), los principales referentes del sindicalismo cruzaron opiniones y coincidieron en que, con éstos números, los datos de inflación interanual serán por lo menos del 70%, con lo cual no hay acuerdo paritario que aguante, más allá de los acuerdos en tramos cortos, trimestrales, semestrales o aún con revisión incluída.
La pregunta de fondo es si seguir apoyando ésta política económica sin cambios. Cuánto pueden “bancar” al ministro de Economía, Martín Guzmán, a quien le dieron la derecha para alcanzar el acuerdo con el Fondo Monetario y para reformularlo, convencidos de que esa “estabilidad en lo macroeconómico” podía ser la base para estabilizar la economía, incrementar el consumo y frenar la suba de precios, cuestiones que no han ocurrido en ninguna de sus variables.
La desmentida que brindan los datos del INDEC todos los meses, hace sospechar que los tiempos se acortan para que no se rompa este “romance”, porque así “no hay paritaria que aguante», refiere un integrante de la central obrera que prefiere mantener el nombre en reserva.
Así y todo, aunque los movimientos sociales intentaron sumarlos a una protesta masiva, los gremios que integran la confederación no están dispuestos todavía a dar ese paso. Tal vez pueda sumarse el ala moyanista, que expresa con más énfasis su descontento con los precios, sobre todo de alimentos, y presiona para hacer -como primera medida- una manifestación en contra del empresariado del sector, que según asegura camioneros es “responsable en la formación de precios”.
Las expresiones de Guillermo Braun, el supermercadista, dueño de La Anónima preparó el terreno, al reconocer la “remarcación” diaria de los precios, pero de todas formas, el ala más moderada de Azopardo, opina que un paro a las alimenticias, dañará el diálogo que vienen llevando adelante y dañará también al Gobierno, algo que en todo momento se ha pretendido cuidar.
La llegada de Daniel Scioli, parece ser una bocanada de aire, que les dará algunas semanas de tiempo para realizar algún anuncio o cambio de timón desde la gestión nacional, pero vencido ese plazo, si la gestión continúa paralizada, nuevas conversaciones se establecerán, ya con otro tono, porque el ámbito laboral atraviesa una difícil crisis, que según advierten «es necesario atender cuanto antes».