Las grandes empresas productoras de alimentos sintieron en sus balances la crisis económica ante la baja del poder adquisitivo del salario que se produjo en los últimos años, más considerando la importante devaluación de los últimos meses.
En el caso de Molinos Río de la Plata, se reportó una pérdida de $1.356 millones durante los primeros nueve meses del año, así como también lo hizo Mastellone, con un rojo de $553 millones. Fuentes de las compañías admiten, con preocupación, que no pueden trasladar el aumento de costos a los productos porque «bajaría todavía más el consumo».
Arcor, que tuvo dificultades para mantener empleos en varias de sus plantas, con despidos y suspensiones, no ofreció una mejor perspectiva: su pasivo total pasó en un año de 74 mil millones de pesos a 79 mil millones, un incremento del 6,7 por ciento. La firma argumentó que “la rentabilidad se ha visto afectada por la diferencia de cambio sobre la deuda en dólares, producida por la devaluación del peso. Se destaca que casi la totalidad de la deuda financiera en dólares vence en 2023”. La mayoría de los segmentos, como golosinas, galletitas, mostraron caídas pronunciadas.
Alimenticias en ruina: Nevares también frena la producción y suspende gente
La firma multinacional norteamericana Mondelez, productora de marcas como Beldent, Bazooka, Bubbaloo, Cadbury, Cerealitas, Club Social, Halls, Mantecol, Milka, Oreo, entre otras, sostuvo que “nuestra economía está afectada por un profundo proceso inflacionario, superior al 50 por ciento anual, la suba del dólar en este último año en más del 100 por ciento, las enormes dificultades para acceder al crédito y el impacto de las exponenciales subas de las tarifas han retraído el mercado por la sensible pérdida del poder adquisitivo del salario y la pérdida en este último año de aproximadamente 120 mil puestos de trabajo registrados”.
De este modo, ante la baja de ventas y la falta de producción, las compañías iniciaron distintos ajustes en su personal. De hecho, desde el Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA) han iniciado fuertes disputas y confrontaciones con la patronal de todas esas compañías para exigir que se revierta la decisión de dejar sin empleo a centenares de personas.