Para cortar la semana, esta tarde, desde las 15, se reunirán los principales dirigentes de la CGT en su casa madre, para ir definiendo los pasos a seguir en cuanto a las próximas elecciones y la conformación de un nuevo Consejo Directivo que se debate entre la continuidad y el cambio.
Con mandato vencido y prórrogas que no se van a extender –más allá del 31 de agosto- será necesario entonces comenzar a definir quién o quienes encabecen la central obrera de cara a una nueva etapa de reconstrucción del mercado laboral de la pospandemia. Un enorme desafío que llegó y es para todos: a nivel local y global.
Dentro de ese esquema, se analizará también la postura de la CGT respecto al proyecto presentado por los sindicalistas de la Corriente Federal, que empujan Hugo Yasky y ahora -como caballito de batalla- Sergio Palazzo, candidato a diputado nacional por el FDT, entre otros para lograr la reducción de la jornada salarial sin rebaja de salario.
Un proyecto que generó polémica dentro y fuera del ámbito político y sindical y un rechazo unánime dentro del ámbito empresario donde estuvieron de acuerdo con menor cantidad de horas pero con una equiparación salarial en la misma magnitud.
Luego de que Andrés Rodríguez saliera a cruzar al bancario, señalando que lo que se pretende desde la central madre es “impulsar la producción”, se entendió que la CGT, por lo menos de momento no ve oportuno el punto de la discusión, algo que éste miércoles está en agenda para discutir.
O por lo menos en su deliberación. a prima facie, en Azopardo no creen que dicha reducción ayude a combatir el desempleo, aunque no será fácil manifestarlo abiertamente, luego de que Máximo Kirchner ya le haya dado su apoyo públicamente.
La idea es evitar nuevos enfrentamientos con el cristinismo como fue con la reforma del sistema de salud. Por eso, más probable es que pateen el debate a otro ámbito de discusión más amplio como el Consejo Económico y Social y eviten expedirse a título institucional, cuestión que se develará en pocas horas más.
Pero no perdamos de vista el tema de fondo: el proceso de normalización de la CGT que está en marcha y se definirá antes de que termine el 2020, al igual que el de cientos de sindicatos con mandatos prorrogados que deberán democráticamente renovarse y buscar nuevos lineamientos, acordes a las demandas de un nuevo mercado laboral extremadamente complejo.