A pesar de que Héctor Daer, uno de los secretarios de la CGT, hizo pública su alegría por la aparición de Alberto Fernández en el centro de la escena política, la central obrera continúa orbitando alrededor del ex ministro Roberto Lavagna, quien, para ir cerrando capítulos, oficializó ayer su candidatura a presidente en un aula de la Universidad del Salvador.
Por lo menos un sector “generoso” de la CGT aspira fuerte a llevar a Lavagna al sillón de Rivadavia, pero pretende que previamente acepte competir en internas dentro del Peronismo, cuestión a la que el ex ministro de Néstor Kirchner se ha resistido hasta ahora.
El barrionuevismo es quien, desde el inicio impulsa con mayor fuerza el pedido, razón por la cual, el gastronómico, reunió a un grupo de sindicalistas para sentarse de inmediato con Lavagna e ir delineando las acciones de los próximos días, claves en el armado de este tablero de ajedrez.
Fueron entonces: Gerardo Martínez (Uocra), Hugo Benítez (AOT y sec gral de las 62 Organizaciones), Andrés Rodríguez (UPCN), Omar Maturano (La Fraternidad) y Roberto Fernández (UTA) los convocados para plantearle esta condición al candidato del espacio.
Luego de la “bomba” del fin de semana, la reacción de Lavagna fue rápida: el lunes anunció su candidatura y salió a difundirla para tranquilidad de su “núcleo duro: «Sí, soy candidato a presidente», escribió en las redes sociales, además de sentarse horas después con el sindicalismo y en paralelo confirmar que participará de la convención de Alternativa Federal convocada para este miércoles que continúa intentando fortalecer el espacio.
Luis Barrionuevo no pudo evitar expresarse sobre la jugada de Cristina Kirchner, y aseguró que “nosotros no tenemos nada que ver con ellos. El pícaro de Alberto la convenció y vienen por la impunidad, pero ella tiene que sacarse los fueros y ponerse a disposición de la Justicia.” agregó
Por el contrario Barrionuevo se posicionó en que “todos tenemos que ayudar a terminar con la grieta y salir del estancamiento en el que estamos. Lavagna nos va a dar la solución porque fue el que generó el trabajo ya sabe, ya conoce y tiene el respeto. Además viene por cuatro años y dejará luego lugar para los gobernadores que tienen aspiraciones”, expresó.
En este contexto se amasan las tensiones políticas hacia adentro del peronismo. El dilema está probablemente en saber qué hará definitivamente Sergio Massa, quien algunos señalan que es el principal blanco del Kirncherismo, aún antes que los gobernadores, por la simple razón de que Massa tiene un porcentaje de votos propios que puede aportarle a la fórmula Fernández Fernández en un supuesto ballotage.
Cada día ahora es clave. Y habrá seguramente un antes y un después del miércoles en el que Lavagna lleve su propuesta de consenso a la reunión de Alternativa Federal donde estarán el gobernador Schiaretti, Urtubey, Pichetto y probablemente Lifchitz, de Santa Fe.
Encuentro en el que intentarán saber con quien van a jugar realmente los gobernadores, además de asegurarse si el tigrense se quedará en el espacio o saltará hacia el cristinismo, tentado por su “amigo” Alberto Fernández para ser el gobernador de Buenos Aires.
