La CGT anunció paro general contra el gobierno para el 25 de junio

El Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) a través de su cúpula tripartita, anunció esta tarde en conferencia de prensa, que realizará un nuevo paro general contra el Gobierno el próximo lunes 25 de junio por 24 horas y sin movilización.

La medida fue anunciada, luego de que se suspendiera sorpresivamente el encuentro que estaba pautado entre la conducción de la central obrera y autoridades de la administración de Mauricio Macri.

A través de un documento oficial, la central obrera hizo saber que «luego de un profundo debate, y habiendo insistido frente a las autoridades nacionales en la necesidad de cambiar el rumbo de las políticas económicas, luego de advertir los efectos sociales del brutal ajuste y no haber recibido las respuestas adecuadas a los reclamos» se decidió tomar la medida.

Entre los motivos el comunicado enumera «el veto a la rebaja de tarifas aprobado en el Congreso, el acuerdo con el FMI y sus consecuencias sobre el empleo, la obra pública, el sistema de seguridad, las economías regionales y los servicios públicos, que no hacen más que agravar la insoportable situación social».

En síntesis la expresión se refería a que «el ajuste no lo paguen los trabajadores ni los más vulnerables». También reflotaron el proyecto del senador Pichetto de eliminar Ganancias del medio aguinaldo.

La agenda para hoy incluía dos reuniones. Primero, la CGT y el Gobierno tenían previsto verse en la sede del Ministerio de Trabajo, para discutir la agenda de cinco puntos que la central obrera le había presentado al Ejecutivo en una reunión la semana pasada. Luego, el Consejo Directivo de la entidad gremial evaluaría, en su propia reunión, el tenor de las respuestas recibidas para decir si habría paro o no.

Sin embargo, todo se precipitó y la reunión con el Gobierno fue  levantada, en un contexto de especulaciones sobre los motivos de la suspensión. Básicamente, desde el Gobierno atribuyen la caída de la reunión a «internas» del sector sindical, mientras que desde la central obrera tienen la lectura inversa: que fueron discrepancias en el seno del Ejecutivo, entre quienes tenían ánimo para negociar y quienes «quieren ir a fondo contra los gremios», lo que no permitió una posición unificada y frustró el encuentro.