En medio de anuncios oficiales del Ejecutivo y en plena negociación del equipo económico con el FMI, se reunió nuevamente el Consejo Directivo de la CGT, que luego del cónclave, se expidió a través de un documento y «le habló» al gobierno de Alberto Fernández para trasmitirle su “preocupación” ante las medidas que implican un “recorte presupuestario” a programas sociales como el Ingreso Familiar de Emergencia o a herramientas de asistencia para el pago de salarios, como el ATP.
El pedido incluye a los jubilados, sobre quienes advirtió que se debe «garantizar que el cambio de fórmula de actualización jubilatoria no perjudique a los beneficiarios del sistema previsional».
Bajo el título “la pandemia no ha terminado” destacan la necesidad de seguir trabajando en una transición donde el Estado los acompañe en lo que consideran ha sido un trabajo conjunto para construir una “red de contención que evitó el colapso social” que según expresan: “no se puede dilapidar”.
«Con la responsabilidad social que nos cabe, acordamos con los empresarios medidas extraordinarias para sostener el ingreso de los trabajadores, negociamos la renovación de los Convenios Colectivos de Trabajo en las condiciones más críticas y garantizamos la paz social en los momentos más difíciles», destacan.
Si bien, “la economía está empezando a moverse” señalan que «hay todavía muchos sectores impedidos de funcionar y con las secuelas económicas y sociales a costa”, con lo cual consideraron que “no es posible desarmar el andamiaje social y económico construido con tanto esfuerzo”.
No sin destacar antes del final, su permanente voluntad de diálogo y con el pedido expreso sobre la mesa de generar un encuentro en las próximas semanas con el mismo presidente, Alberto Fernández, -en la que no se descartó a Cristina- dieron por finalizada la reunión en Azopardo, donde sobrevoló la posibilidad de una medida de fuerza que fue rápidamente desechada.
