Por estos días, el posible cierre de la mina en la ciudad jujeña de El Aguilar preocupa a los habitantes de Humahuaca ya que la actividad económica de la localidad depende del emprendimiento que está a cargo de la firma Glencore, que ya expresó sus intenciones de retirarse del mercado.
Las conversaciones entre las partes, la compañía, el sindicato y el Gobierno provincial, continúan pero no existen avances concretos. Para los trabajadores, que son casi 600, la mina continúa siendo rentable y señalaron que «se puede seguir» con la extracción del mineral.
Incluso manifestaron que la comunicación de la empresa fue «sorpresiva» en relación a la declinación de recursos, y piden una «efectiva» intervención a las autoridades provinciales para solucionar el conflicto.
«Queremos aportar para jubilarnos y ahora nos abandonan con los aportes a medias. Quedamos inválidos. Se ve que la empresa quiere cerrar sí o sí y se va a cortar todo el movimiento de esta región. Los trabajadores consumen las producciones de pueblos aledaños y si se muere El Aguilar, se mueren muchos pueblos», dijo Santos Cayo, el obrero de 54 años.
Córdoba y Mendoza resistieron las nuevas restricciones oficiales
Y la comunidad en donde está la mina señala que el fin de la actividad podría ocasionar «una grave crisis social y económica» en la región de Humahuaca, que cuenta con organizaciones sociales, educativas, centros de salud y seguridad, además de varios comercios.