La ofensiva del Gobierno de Javier Milei contra los sectores más vulnerables de la sociedad tuvo en estos días algunas novedades, incluyendo un recorte brutal a los fondos de apoyo para los hogares para personas con discapacidad y la agudización de la pérdida de poder adquisitivo de las jubilaciones, que se refleja en un desplome de más de 20% en las compras de medicamentos para jubilados.
Hoy existen en nuestro país, además de los llamados “centros de día”, unos 180 hogares para discapacitados, que albergan a unas nueve mil personas. Estos espacios fueron creados en el marco de la Ley 24.901, que estableció el Sistema de Prestaciones Básicas para personas con discapacidad. Estos hogares reciben gente derivada por PAMI, por el Programa Federal Incluir Salud e incluso por obras sociales sindicales, siendo administrados por la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis). En los últimos meses, los aportes estatales se ajustaron muy por debajo de la evolución inflacionaria, siendo de 1%, 0,8% y del 0,5% para el último trimestre del año, acumulando un desfasaje de más de un 30% en el último año, lo que pone a muchos hogares en riesgo de cierre.
El desfinanciamiento estatal se produje en simultáneo con una serie de significativos aumentos de los gastos fijos de cada uno de estos hogares, sobre todo por los tarifazos en los servicios que habilitó el Gobierno, sin prever ningún tipo de subsidios o aportes especiales que le permitan a los hogares compensarlos. En el mes de diciembre, varias de estas instituciones no llegaron a pagar el aguinaldo de sus trabajadores y apenas depositaron el 50% de los salarios.
Golpeando con dureza a otro sector muy vulnerable, el ajuste en las jubilaciones (para las que se prevén ajustes en muchos casos por debajo de la inflación y un bono congelado hace más de seis meses), sumado a la decisión de eliminar la entrega de medicamentos gratuitos por parte de Pami, implicó que los adultos mayores en muchos casos debieran renunciar a la compra de medicación básica.
Desde el Centro de Profesionales Farmacéuticos de Argentina (CEPROFAR) advirtieron que los valores de los precios de los medicamentos se mantienen un 40% por encima de la inflación (pese a las afirmaciones en contrario del Ministerio de Salud) y que la compra de medicamentos recetados en general cayó en diciembre de 2024 un 14%, mientras que la compra de medicamentos por medio de PAMI retrocedió un 22% (comparando diciembre 2024 con octubre 2023 la cifra es aún mayor, llegando al 35%).