Jorge Yabkowski: «La consigna de este año es reparar la deuda que el Estado contrajo con los trabajadores de la salud»

Mientras los trabajadores de la salud de todo el país continúan llevando adelante importantes reclamos salariales y la campaña de vacunación contra el coronavirus avanza a un ritmo más lento que lo previsto originalmente, desde Estado de Alerta dialogamos con Jorge Yabkowski, secretario General de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa) para conocer la situación del sector y las perspectivas para este complejo año que comenzó.

El dirigente explicó que los trabajadores de la salud, particularmente los 450 mil que pertenecen al sector público, encaran el 2021 con “zozobra, incertidumbres y decepciones”, ya que durante 2020 “los estatales perdieron 7% neto del valor de sus salarios y los trabajadores de la salud, aunque de manera irregular, algunas provincias más y otras menos, perdieron valores que van de entre un 2 y 3% hasta un 20 o 25% de su salario real (en algún raro caso terminaron empatando con la inflación)”.

A ese respecto, Yabkowski reconoció que esa situación “fue paliada parcialmente por el Bono estímulo y por sumas en negro”, una medida que paralelamente “deterioró la calidad de los salarios”. Respecto de estos reclamos que llevaron adelante durante el año los trabajadores del sector, consideró: “Obviamente en un contexto de pandemia y catástrofe cuando salíamos a la calle se nos tildaba de gente que no quería colaborar o se nos acusaba de poner nuestras prioridades sectoriales por encima de las de la población”.

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Luego aclara que estas acusaciones “no eran ciertas”: “En primer lugar porque hubo más de 500 compañeros que perdieron la vida en la pandemia, que perdieron la vida atendiendo y transitando instituciones donde la carga viral era altísima, tan es así que el grupo prioritario para la vacunación son los trabajadores de la salud. El 5% de los fallecidos son trabajadores de la salud, con el mismo porcentaje de infectados. 72 mil infectados y 500 fallecidos”. En ese contexto, el dirigente considera que las respuestas del Gobierno nacional “fueron insuficientes”: “Si bien el Ministerio de Salud dio algunas pautas, creando el Bono estímulo e impulsando un padrón común de trabajadores, no impulsó políticas públicas federales que resolviesen el tema del recurso humano”.

En ese sentido, confirmó que el sector arrancó este año con la consigna de “reparar la deuda contraída por el Estado (en sus niveles nacional, provincial y municipal) con los trabajadores de la salud”. Y detalló: “En primer lugar fijando pautas salariales reales que nos permitan recuperar lo perdido. Con una inflación proyectada del 45 o 50% hablar de una pauta de alrededor del 29% significa que vamos a seguir perdiendo salario real”. El oficialismo busca imponer un techo salarial mediante el acuerdo de precios y salarios que comenzó a discutir con sectores gremiales y empresariales que no supere el 29% fijado como proyección inflacionaria en el Presupuesto nacional 2021.

Considerando esa situación, Yabkowski anticipó que desde Fesprosa están planteando la convocatoria “urgente” a una paritaria nacional de salud o, en su defecto, “que el Bono estímulo continúe durante todo el 2021 pero a un valor de 20 mil pesos, que impacte en el salario”. Al respecto, reconoció que las posibilidades de que la cartera de Salud acepte ese pedido son escasas: “La respuesta del Ministerio fue de gran escepticismo, por no decir negativa, en el sentido de que las pautas fiscales de Economía y del Ejecutivo Nacional impedirían que un estímulo de esa magnitud pudiese ser concretado”. Para poner en contexto la dimensión real de lo que implicaría conceder este reclamo, ejemplificó: “Son 300 millones de dólares en todo el año, el valor de una de las cuotas trimestrales que se le pagan al Fondo Monetario Internacional, es decir, apenas una parte del pago de los intereses y ni hablar de lo que se le paga a los acreedores privados”.

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Frente a esta resistencia oficial a recomponer el salario de los trabajadores, el dirigente denunció que “contrario sensu”, continúan con fuerza los estímulos fiscales para el sector privado de la salud y el empresariado: “Los empresarios de la salud siguen cobrando ATP, los empresarios de la salud cobraron el Bono estímulo para el sector privado pagado el año pasado, los empresarios de la salud siguen eximidos del pago de cargas patronales por decreto y los dirigentes sindicales, que si bien tuvieron un aumento del gasto Covid en las obras sociales no atendieron muchísimas otras patologías (consultas externas, análisis, odontología, patologías complejas de otra índole, etc.), por lo que no hay ninguna demostración de que los gastos hayan aumentado”. Específicamente, respecto de las obras sociales gremiales recordó que el Gobierno ya las subsidió con entre 1500 y 2000 millones de pesos desde el inicio de la epidemia, pero que “a pesar de este subsidio la dirigencia sindical está planteando un aumento de los aportes de los trabajadores para refinanciar o recapitalizar el sistema”.

El secretario General de Fesprosa afirmó que “estamos frente a una gran disyuntiva”. Y detalló: “Si hay recursos escasos en el fisco ¿dónde se van a poner? ¿Subsidiando al sector privado, al capitalismo de salud, a Gustavo Belocopit, Rodolfo Daer, Andrés Rodríguez, Luis Barrionuevo y a los grandes empresarios de la salud argentina? ¿O se va a poner en el Estado y en los trabajadores?” Y agregó: “Porque está muy bien hacer hospitales modulares, comprar respiradores para esos hospitales y obviamente traer vacunas, pero lo esencial que mueve al sistema de salud es la gente que atiende gente, es decir, los trabajadores que hoy, con salarios depreciados por segundo año consecutivo y con fallecidos y enfermos por la epidemia, están en una situación rayana al agotamiento”.

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Finalmente, respecto de las vacunas contra el coronavirus y la campaña de vacunación impulsada por el Gobierno, consideró: “Valoramos enormemente la aparición de las vacunas. Ciertamente todas tienen el problema de la incertidumbre. Se está haciendo una gran experiencia mundial en fase 4 o, mejor dicho, una gran fase 3 ampliada, donde a través de la autorización de emergencia son vacunados millones de personas sin terminar los estudios y estamos viendo cuál es el efecto a mediano plazo. ¿Efectivamente son tan inocuas? Hemos tenido 13 mil efectos adversos en la argentina con 60 hospitalizaciones con la vacuna Sputnik. Y otras vacunas tienen la misma o mayor cantidad de problemas. También hay estudios que indican, sobre todo en gente mayor, un aumento de la mortalidad en los vacunados. ¿Efectivamente frenan la epidemia? Bueno, el país más vacunado, que es Israel, todavía está por demostrar que esté frenándola tras la vacunación masiva”.

“Aún así, y con todos estos interrogantes, nosotros apoyamos con una gran vigilancia epidemiológica y con mucho cuidado, una vacunación masiva de los trabajadores de la salud y de todos los grupos de riesgo”, amplió el titular de Fesprosa. Y concluyó: “Exigimos, obviamente, junto a Sudáfrica, la India y 100 países que lo acompañaron, la caída de las patentes para las vacunas y denunciamos el monopolio que los grandes países del centro capitalista están haciendo en cuanto al acopio de vacunas, con negociaciones de índole pirateril. Canadá ha comprado tres veces el número de su población en vacunas cuando hay países que no tienen ni para empezar a vacunar a sus trabajadores, sobre todo en África. Bueno, este tema que es producto de la acumulación brutal de capital en la industria farmacéutica y de la pérdida de poder de regulación de la Organización Mundial de la Salud es algo que denunciamos. La vacuna tiene que ser con patente libre y para todos los pobladores de la Tierra”.