Mucho se ha hablado por éstos días del subsecretario de Energía, Federico Basualdo, subsecretario de Energía, a quien habría desplazado de su cargo, Martín Guzmán, el ministro a cargo del área. Alejamiento causado, según todo indica, por la negatia a la suba de tarifas eléctricas por parte de Basualdo, algo que nunca hubiese sido noticia, si no fuera por el carácter despiadado y de “feroz interna” que desnudó el hecho, dentro del Gabinete de Alberto Fernández.
Basualdo había dicho hace varias semanas que las tarifas no estaban en condiciones de subir, y así se lo había transmitido también a las empresas distribuidoras, a las que la noticia les “habría caído como un balde de agua fría”, a tal punto que, las empresas que tienen las paritarias salariales congeladas desde hace meses, les habrían sugerido a “algunos dirigentes sindicales” que exijan al Gobierno el aumento de tarifas porque de lo contrario no “habría fondos” para actualizar los sueldos.
Los gremios, en el mismo sentido que Basualdo se negaron a ésta especulación, y coincidieron en que la situación socioeconómica no está para incrementos en un futuro cercano.
Pero por carriles separados avanzaba Guzmán en los incrementos de tarifas, ya autorizó un 9%, tal como presupuestó en el Ejercicio2021 y que también le informó al Fondo Monetario Internacional en la última gira europea la semana pasada. Gira que retomará la semana próxima junto a Alberto Fernández.
La verdadera preocupación está entonces -aunque no pareciera- en si será Guzmán el resorte que pueda saltar en ésta disputa si es que pierde la pulseada y decide irse porque el funcionario que desplazó tiene más peso específico que él mismo.
Son cruzadas las versiones, pero al momento ambos ocupan sus puestos. Axel Kicillof este mismo lunes, salió a defender la gestión de Basualdo y señaló que es un “excelente” funcionario, lo que hizo pensar que el Kirchnerismo se inclina por él en detrimento de Guzmán, pero la presencia del ministro esta mañana, con media docena de integrantes de su equipo en la asunción del titular de Transporte, Alexis Guerra, lo mostró consolidado dentro del Gabinete. Párrafo aparte, alguno dejó trascender que ésta es una pelea armada para que la gane Alberto y así fortalecer un poco al debilitado primer mandatario, a meses de las elecciones legislativas.
El dólar no sufrió grandes cambios, sigue habiendo liquidación de semillas y los precios en góndola están siendo sujeto de una lupa mayor por parte de Comercio Exterior; es decir que, si bien se temió la salida de Guzmán, -también de procedencia cristinista- los indicadores parecen señalar que la política le gana a la Economía y que no generó grandes altibajos macroeconómicos la cuestión, demostrando que con o sin Guzmán el rumbo de la Economía será el mismo.
La gran pregunta es si hay verdadera intención de «acordar» con el Fondo Monetario Internacional. Guzmán está con clara vocación de llegar a un acuerdo, por eso pretende reordenar la situación fiscal y bajar los subsidios a las empresas (de ahí la necesidad del aumento de tarifas), sin embargo, Cristina, su mentora, habría dicho hace algunas semanas que no tenemos nada para pagarle al FMI, lo que hizo aparecer los fantasmas del default e hizo lugar a éste culebrón que ocupó un lugar destacado en los medios de comunicación durante todo el fin de semana.