Una asamblea vecinal en la pequeña localidad de Barker, partido de Benito Juárez, resolvió paralizar comercios y escuelas con el fin de visibilizar el impacto que tendría el cierre de la planta que la cementera Loma Negra, principal fuente de trabajo local que tiene el pueblo.
En Barker residen unos 600 habitantes que están a la espera de casi 100 telegramas de despido y eso ha generado una gran alarma. La insólita medida, se votó en una masiva asamblea popular en la que los vecinos de Barker decidieron acompañar la lucha de los trabajadores.
Al mismo tiempo, el intendente local, Julio César Marini, decretó el Alerta Social, Económico, y Laboral en todo el distrito, desde el 7 de mayo hasta el 31 de diciembre de este año debido a que «la mayoría de su población trabaja en actividades relacionadas con la minería, tanto en canteras de arcilla como en la fábrica, que desde 1956 produce cemento en dicha localidad».
Asimismo, la declaración municipal señala que de producirse los despidos, «las repercusiones negativas que tendría para esa comunidad serían inconmensurables, similar a lo ya ocurrido con el cierre de la planta durante el año 2001».
El pasado lunes venció la conciliación obligatoria que había dictado el Ministerio de Producción y Trabajo en el marco de un paro iniciado por los trabajadores, y que la semana pasada, Loma Negra confirmó que «trabaja en un proceso de reducción de empleados».
Ante esta preocupación colectiva, desde la empresa, señalaron que se mantendrá un turno en la planta, y que se llevará adelante la relocalización de empleados, así como también se avanzará en planes de retiro voluntario o prejubilaciones en condiciones superadoras, aunque existe honda preocupación de que este sea el primer paso hacia el cierre de la planta.
«La empresa plantea despedir a partir del 13 de mayo a 99 trabajadores propios y no habla de los trabajadores tercerizados que son más de 100», dijo Martín Isasmendi, secretario general de AOMA Barker.
Por este motivo, este viernes no habrá actividad comercial (sólo funcionarán los bancos), mientras que los chicos no concurrirán a clases como una manera simbólica de demostrar cómo quedará la localidad si se produce el cierre de la fábrica.
También habrá una marcha popular desde Barker hasta la sede del sindicado AOMA, y luego se movilizará con antorchas y velas hasta la entrada a la fábrica. Además, se instalará una guardia permanente del sindicato y vecinos en el ingreso de la planta, tal como se venía realizando a partir del inicio del conflicto.