Mientras la macroeconomía y el panorama internacional parecen complicarse cada vez más para el Gobierno nacional de Javier Milei, la situación productiva interna tampoco presenta signo alguno de recuperación, cada vez más lejos de las promesas y del discurso oficial. Más allá de la crisis manufacturera global, que ya implicó decenas de miles de despidos, el cierre de miles de empresas (especialmente PyMEs) y la salida del país de distintas multinacionales, en los últimos días se confirmaron recortes productivos, suspensiones y despidos en empresas del sector automotriz, alimenticio y de insumos para la construcción.
Desde este lunes y hasta el día 20, la fábrica de camiones Scania paralizará su producción en la planta tucumana de Colombres (especializada en la fabricación de cajas de cambio, ejes y otros repuestos) por el desplome de las ventas en el mercado interno y la caída de las exportaciones. La empresa aplicará suspensiones durante estas dos semanas de parate productivo que, junto con otro parate de una semana en junio, totalizarían 21 días de paralización este año. El acuerdo con el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (Smata) prevé que las suspensiones lleguen hasta los 40 días. Durante estos días los trabajadores sólo percibirán el 75% de sus salarios. Frente a este escenario, Luis Diarte, titular de la seccional tucumana del gremio conducido por Ricardo Pigananelli, consideró: “La industria en general está cayendo. No estamos protegiendo a la industria nacional”.
Después de meses de suspensiones y con una planta casi paralizada, Cerámica Cortines, una de las empresas líderes en el sector, con más de 50 años de historia, envió este lunes una tanda de telegramas de despido, que alcanzaría a unos 65 trabajadores. Desde la empresa de la localidad bonaerense de Cortines justificaron la decisión por el desplome de las ventas en el mercado interno (las ventas se desplomaron un 57% en los últimos tres años). La empresa confirmó la puesta en marcha de un plan de reestructuración que incluye un programa de retiros voluntarios, el pago de indemnizaciones en cuotas y una reducción del 40% de su plantel laboral. Los trabajadores llevaron el caso al Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, buscando defender sus puestos de trabajo.
Por último, el ingenio Ledesma despidió en las últimas horas a 22 trabajadores rurales de su sector citrícola, en el marco de un proceso de desvinculaciones que ya acumula unos 200 despidos en lo que va del año. La representación local de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE) denunciaron que la empresa busca avanzar con un plan de tercerización y precarización del empleo rural. Desde el Sindicato de Obreros y Empleados del Azúcar del Ingenio Ledesma (SOEAIL) se planteó que los despidos afectaron especialmente a trabajadores con más de una década de antigüedad y sostuvieron que la firma sigue registrando ganancias extraordinarias pero que aprovecha la coyuntura favorable al empresariado que propone el Gobierno nacional para achicar su plantel y avanzar con el empleo de tercerizados, en mayores condiciones de precarización.