La Asociación de Trabajadores Jerárquicos del Gas (APJ) enfatizó la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner, entendiendo que supera “polémicas estériles sobre los actores de su ejecución producidos al inicio de la licitación”. Y destaca que “este tramo se concreta en un contexto internacional inestable, que demanda avanzar hacia la autonomía energética y concretar el desafío de exportar un recurso apetecido por muchos países”.
“Los trabajadores y las trabajadoras de la industria del gas natural” –destaca el gremio- “sabemos que es una obra necesaria. Lo dijimos públicamente cuando otros dudaban. No lo expresamos por pertenecer a una industria que ampliará su potencial, sino porque la República Argentina debe encaminarse hacia la independencia energética y confluir con los países de la región en soluciones comunes que mejoren la calidad de vida de millones de personas que empoderen a sus pueblos con decisiones estratégicas”.
En referencia al financiamiento, APJ Gas pone explícitamente el foco en que “esta obra fue posible por el aporte de millones de argentinos y argentinas que nutrimos el presupuesto nacional cotidianamente, y porque se utilizó el 25% del discutido impuesto a la riqueza aprobado oportunamente”.
Finalmente, el sindicato puntualiza el rol de Enarsa, ya que se logró el objetivo “contra la opinión de quienes pretendían dejar su ejecución y el devenir futuro de la operación en manos de las productoras de hidrocarburos”. “Otra muestra” –concluyen- “de que la gestión estatal puede ser exitosa si los objetivos son claros y las políticas se anticipan con claridad y se sostienen en el tiempo”.