A semanas de comenzar a negociar la deuda, Alberto cuestionó a Trump por Bolivia

El presidente electo Alberto Fernández cruzó a su par estadounidense Donald Trump por sus declaraciones de apoyo al rol que jugó el Ejército boliviano en la renuncia del presidente Evo Morales, lo que para Fernández debe ser definido como un golpe de Estado. Por otra parte, felicitó a la Unión Cívica Radical por haberse diferenciado de las posiciones de sus socios del PRO y de las declaraciones del canciller Jorge Faurie desconociendo la exigencia de un golpe.

“A mi juicio, Estados Unidos intercedió décadas en la región. Ahora volvió a las peores épocas de los años setenta, avalando intervenciones militares contra gobiernos populares que fueron elegidos democráticamente”, planteó el referente del Frente de Todos.

También reveló que este lunes presentó una queja ante el gobierno de los Estados Unidos por esta situación, a través de una conversación telefónica con funcionarios del Departamento de Estado: “Les hice saber a funcionarios del departamento de Estado que su expresión ha sido muy poco feliz sobre lo que pasó en Bolivia”. Más allá de este cruce, Fernández insistió con que quiere “tener la mejor relación” con los Estados Unidos, pero aclaró que eso implica “decirse las cosas francamente”.

Diplomáticos y la ex canciller Malcorra cruzaron a Faurie: En Bolivia hubo un golpe de Estado

Este lunes, el presidente Trump había firmado un comunicado oficial en el que manifestaba que el Gobierno de los Estados Unidos “aplaude al pueblo boliviano por exigir libertad y a los militares bolivianos por cumplir con su juramento no sólo a una persona, sino a la Constitución de Bolivia”. El texto sostenía también que la renuncia de Morales constituía “un momento importante para la democracia en el hemisferio occidental” y una “advertencia para los regímenes ilegítimos de Venezuela y Nicaragua”.

Al respecto, Fernández amplió: “No comparto el comunicado de EE.UU. No hay ningún ejército victorioso. Lo que ha pasado no está bien. Ha sido lisa y llanamente un golpe de Estado. No se pude disfrazar de otra cosa”.
El presidente electo también cuestionó la posición oficial del gobierno argentino, que a través de declaraciones del canciller Jorge Faurie se negó a condenar el golpe de Estado: “Dijo ‘dejemos que los bolivianos solucionen sus problemas’, pero no advierten lo mismo con Venezuela. Yo no sé qué necesita Faurie para reconocer un golpe de Estado”.

Respecto de la posición del radicalismo, que condenó al golpe en Bolivia, despegándose así de las declaraciones de Faurie y de la mayoría de sus socios del PRO (salvo la honrosa excepción del diputado Daniel Lipovetzky), Fernández planteó: “Sacar a un presidente con acciones que no están dentro del marco de las reglas de la democracia no puede llamarse de otra forma que golpe de Estado. Celebro que la UCR, con sus años de tradición republicana, así lo entienda”.