Por la medida, el transporte es mínimo y la Torre Eiffel permanece cerrada este jueves. Cientos de vuelos fueron cancelados y miles de personas no tienen cómo llegar a sus lugares de trabajo. El reclamo cuestiona una reforma previsional que prevé eliminar los 42 regímenes especiales
Es una jornada de huelga general contra la reforma del sistema de pensiones impulsada por el presidente Emmanuel Macron, que afecta a diversos servicios del país, incluyendo los trenes, aviones, escuelas y hospitales.
Los sindicatos CGT, FO, FSU, Solidaires, UNL y UNEF han convocado la huelga al considerar que el nuevo régimen disminuirá la cuantía de las pensiones y «degradará los derechos de todos»
Según informaron los sindicatos pasado el mediodía, el paro del transporte continuará hasta el lunes. La red de transportes públicos parisinos permanecerá “prácticamente paralizada” si el gobierno no abandonaba la reforma, advirtió Thierry Babec, del sindicato UNSA.
El proyecto del gobierno busca sustituir los 42 regímenes que existen en la actualidad por un sistema por puntos en el que cada euro cotizado dé los mismos derechos al alcanzar la jubilación, y contempla con ello acabar con los beneficios de los que gozan trabajadores como los de la SNCF o la red metropolitana parisina de transporte.
El caos y la desinformación reinaba también entre los turistas, muchos de los cuales se vieron sorprendidos al ver cerradas las puertas del metro sin poder utilizar sus billetes.
Alrededor del 90% de los trenes de alta velocidad que debían circular este jueves fueron anulados, 10 de las 16 líneas del metro de París amanecieron cerradas, cientos de vuelos fueron cancelados y la mayoría de las escuelas y colegios no abrieron sus puertas.
Tampoco podrán visitar la Torre Eiffel, uno de los monumentos más populares de París, que permanecerá cerrada el jueves debido a que no hay suficiente personal presente para «abrir en condiciones óptimas de seguridad y acogida al público».
El Castillo de Versalles, en las afueras de París, aconsejó por su parte a los turistas «posponer» las visitas el jueves y viernes.
También era casi misión imposible llegar al aeropuerto Charles de Gaulle, al noreste de París, debido a que la línea de tren que conecta París con los terminales funcionaba parcialmente y únicamente en las horas pico.
En efecto, el paro de una parte de los controladores aéreos obligó a la compañía nacional Air France a anular 30% de sus vuelos domésticos y 15% de sus vuelos europeos. La totalidad de los vuelos de larga distancia serán mantenidos. La aerolínea británica de bajo coste EasyJet canceló por su parte 223 vuelos nacionales e internacionales de corta distancia y advirtió de que otros vuelos pueden sufrir retrasos.
Una gran parte de las escuelas y colegios del país no abrieron sus puertas. «Un 70% de los profesores de primaria están en huelga, y las cifras en la secundaria son similares. Nunca había visto algo semejante», dijo a la AFP Bernadette Groison, secretaria general de la FSU, el principal sindicato de los trabajadores de la enseñanza.
Policías, recolectores de basura, abogados, jubilados y transportistas y también los «chalecos amarillos», el potente movimiento social surgido en noviembre de 2018 en Francia, se sumaron también a este paro.