Fideicomiso del trigo: aún con diferencias, el sector molinero manifestó su voluntad de adhesión

Si se reconocen algunas particularidades productivas del sector y una mejora en el precio final de la bolsa de harina industrial, el sector molinero estaría dispuesto a adherir a la convocatoria para poner en marcha el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino, mecanismo establecido por el Gobierno Nacional para desacoplar los precios del mercado interno de la volatilidad que presentan a nivel internacional.

Eso es lo manifestado en la reunión entre Roberto Feletti, el secretario de Comercio exterior y los representantes de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias Molineras de la República Argentina (APYMIMRA) y la Cámara Industrial Molinera (CIM).

Allí las cámaras molineras plantearon la voluntad de participar del Fondo Estabilizador del Trigo Argentino, si se reconocen algunas particularidades productivas del sector y una mejora en el precio final de la bolsa de harina industrial -en función de la volatilidad que ha adquirido el mercado mundial de trigo luego de la reciente retirada de la República de la India-. Además, se plantearon las dificultades que genera la presión de exportadores locales en la compra de trigo destinado al mercado interno.

Si bien, desde la entidad, manifestaron estar “en contra de éstas políticas de intervención”, sí diferenciaron el modo en el que se vienen llevando adelante esta vez las cuestiones, dado que “existe el diálogo y por lo menos una mesa de disertación donde pueden presentar sus objeciones”.

La herramienta establecida por el Gobierno se encuentra implementada y ya cuenta con las primeras empresas inscriptas para recibir los subsidios correspondientes, las cuales tienen una significativa participación en el mercado.

Esta fue otra de las medidas previstas en la “batalla” contra la inflación que no sólo obedece a variables internas de la economía, sino que la guerra Rusia-Ucrania impuso a todas las latitudes del globo, generando un aumento desmedido de precios que es necesario regular para llegar con el pan a un precio razonable en la mesa de los argentinos.