Aunque durante la mañana de este domingo se había anunciado que YPF iba a comenzar a aplicar un aumento del 5% en sus combustibles a partir de la primera hora del lunes, a último momento el presidente Alberto Fernández decidió frenar el incremento, evaluando el impacto que podía tener en la economía en general y en el resto de las tarifas congeladas, incluyendo las de transporte.
Con el nuevo aumento, el litro de nafta súper hubiera pasado a costar alrededor de 56 pesos y la “premium” a 64 pesos. Hubiera sido el décimo aumento de los combustibles en lo que va de 2019, aunque el primero en el nuevo gobierno del Frente de Todos.
En el pasado mes de agosto, Nielsen había cuestionado la decisión del macrismo de congelar los precios de los combustibles, por lo que esta decisión se ubica en línea con sus declaraciones previas, al tiempo que constituye una señal para los potenciales inversores en Vaca Muerta, indicando que la política oficial no será la del mantenimiento artificial de precios sino la convergencia hacia los valores internacionales de mercado. Según YPF, el atraso de los precios sigue siendo de alrededor de un 9%.
En enero, además, estaba previsto actualizar el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (que el gobierno de Cambiemos postergó en varias oportunidades en el contexto preelectoral para evitar su impacto inflacionario), se hubiera producido un nuevo aumento, ahora en entredicho tras la decisión de Fernández de frenar la remarcación de YPF.
