Lo que ha pasado en el Delta del Río Paraná a lo largo del último invierno con los fuegos es una demostración de la necesidad de contar con una ley de Humedales que ordene la cuestión. En ese sentido hay en el país desde hace años avances y retrocesos en el tema pero parece inminente una solución para dar fin a éste flagelo. Sí la ley del Fuego tuvo un tratamiento express y se esperan prontos resultados positivos.
Al respecto dialogamos con el viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, Sergio Federovisky, quien señaló que “la ley de manejo del Fuego”, lo que “establece un proceso de impedimento de utilización comercial y lucrativa de aquellos espacios que hayan sido quemados arbitraria y deliberadamente para permitir su restauración por un período de entre 30 y 60 años, que según explicó es un “modo no solamente de garantizar la restauración y la recuperación de los ecosistemas dañados, sino también de desincentivar esta metodología tan utilizada en la Argentina de quemar para exigir o imponer el cambio de uso de un ecosistema y reconvertirlo en un emprendimiento agro industrial o en una actividad inmobiliaria”.
En cuanto a las sanciones por éstas irregularidades y delitos, Federovisky dejó en claro que es una “tarea de la Justicia, no del Poder Ejecutivo o de este Ministerio”, y en ese caso dijo que “el Ministerio de Ambiente lo que hace es gestionar para garantizar las condiciones en las cuales no solamente no se vuelva a repetir una situación de esas características, sino además para proteger los ecosistemas con un abordaje que va desde la prevención, la alerta temprana, hasta el combate propiamente del fuego”.
La cuestión de las quemas es de tal gravedad que Federovisky la comparó a la quema del Amazonas particularmente “en su metodología” y comparó “tanto en el Amazonas en agosto de 2019 como en el Delta del Río Paraná entre junio y octubre del 2020 lo que se produjo es un proceso de avance de la frontera agropecuaria, esto es aprovechando la sequía histórica quemar en reemplazo de la topadora, se utilizó el fuego en lugar de utilizar una topadora para desmonte, con el fuego se arrasa, se limpia la tierra, se llega incluso hasta las propias raíces y después se le impide a través de un terraplén que vuelva a ingresar el agua y se le da otro uso a la tierra”, contó.
Justamente “es un mecanismo que se utiliza frecuentemente en el Amazonas en épocas secas y que no tiene nada que ver con el fuego utilizado para promover la reaparición de los pastizales, eso se hace en primavera y cuando el suelo tiene humedad, si uno quema un suelo cuando no hay humedad lo que se produce es desmonte, es pérdida de la vegetación nativa, eso ocurrió en el Amazonas a una escala muy grande en el año 2019 y ocurrió en el Delta del Río Paraná en el año 2020 a lo largo de todo el invierno, por eso la comparación que yo hice”, detalló para dar claridad a la cuestión el hombre de Cabandié.