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Expectaviva frente a la posibilidad del «barril criollo» para evitar despidos, suspensiones y atrasos en los pagos

Ante una industria golpeada, el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas anticipó este miércoles que el Gobierno Nacional estaría dispuesto a aprobar un «barril criollo» como precio de referencia superior al internacional, un reclamo de las petroleras en el marco de la crisis internacional derivada de la parálisis por la pandemia de coronavirus, que llevó el precio del barril pisos históricos. La producción hidrocarburífera nacional atraviesa un momento complicado y las petroleras de Vaca Muerta advierten sobre la dificultad para mantener los puestos de trabajo.

Desde distintos ámbitos locales observan con expectativa la cuestión aunque días atrás Pedro Milla, secretario general de la Federación del Petrólego, consultado justamente por el salvavidas que podría significar ésta medida, había señalado que «ese barril local puede reactivar un poquito en los yacimientos pero tuvo dudas en cuanto al éxito en refinerías, particularmente en aquellas como Shell o Refinor que no son integradas, es decir que a diferencia de Panamerican Energy, no pueden refinar y exportar a la vez».

Aunque pocos días atrás Kulfas había manifestado que «tendría que esperar» el megayacimiento de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta (una de las joyas de la corona económica nacional de la que se esperaba que sea una fuente clave de divisas en la que pensaba apoyarse el nuevo gobierno nacional de Alberto Fernández), este miércoles modificó su posición, anticipando que se está cerca de fijar un precio sostén para la producción local. Se están “terminando de definir algunos detalles” para la vuelta del “barril criollo” confirmó. Y añadió: “La idea es tener un precio de referencia que evite que los proyectos que en la Argentina están en funcionamiento, aún con bajo nivel de actividad, no terminen de cerrarse bajo un escenario negativo”.

En un mercado internacional paralizado, el barril de referencia Brent llegó a cotizar a 27 dólares, lo que, según las petroleras, se ubica muy por debajo de los mínimos costos operativos necesarios para garantizar la producción. De todos modos, esta semana comenzó un paulatino repunte, cerrando contratos de entrega en julio a 31 dólares. Según trascendió, el barril criollo se fijaría en alrededor de USD 42, que luego podría ir ajustándose hasta USD 38, para que la brecha no sea tan grande.

El ministro de Desarrollo Productivo viene llevando adelante encuentros con distintos sectores de la industria hidrocarburífera, así como con los gobernadores de las provincias petroleras, que ven fuertemente golpeadas sus recaudaciones por la caída de las regalías que implica el descenso del precio internacional. Los mandatarios de Chubut, Formosa, Jujuy, La Pampa, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, Santa Cruz y Tierra del Fuego fueron parte fundamental de las negociaciones que derivarían en la vuelta al “barril criollo”. Kulfas consideró que el precio de referencia local es necesario “para que cuando la situación se normalice se pueda tener a los inversores y a los proyectos de pie para restablecer rápidamente la actividad”. “Si no lo hiciéramos, el gran peligro es que cuando la actividad se normalice y los precios vuelvan al alza, no tengamos la producción en pie y debamos importar petróleo, por eso buscamos dar certidumbre hacia adelante”, añadió.

En el mercado interno, la cuarentena obligatoria decretada y mantenida ya durante más de 40 días por el Gobierno nacional, implicó una caída de la demanda de gasoil de 50%, de 80% para las naftas un 80% y de cerca de 90% para el combustible de aviones. La situación local de riesgo de pérdidas de empleo es alarmante: ya habían denunciado días atrás que en éste contexto «podrían quedar fuera del mercado unos 60 mil trabajadores».

La situación impactó muy directamente en las firmas de servicios petroleros. La semana pasada, la firma San Antonio, la mayor del sector, comunicó que unos 200 de sus 3700 empleados que se encontraba “imposibilitada” de pagar los sueldos en la fecha correspondiente del 4 de mayo, primer día hábil del mes, cuando correspondía saldar el salario de abril. En el texto se explicaba: “Estamos haciendo todas las gestiones posibles para aliviar esta situación y confiamos en poder acreditar sueldos, aunque sea parcialmente, en la semana del lunes 11 de mayo. Continuaremos trabajando incansablemente para resguardar a nuestra empresa y a nuestros empleados ante esta crisis inédita que afecta a todos”.

Desde la Federación del Petróleo aseguraron que «se perderán 60 mil puestos de trabajo si continúa la crisis del sector»

La empresa enumeraba entre las causas de esta situación, que la disponibilidad de fondos se ve limitada por la falta de pago de sus propios clientes, dando cuenta de la crisis en la cadena de pagos del sector hidrocarburífero. San Antonio también se encuentra en negociaciones con bancos para reestructurar los plazos de pago de diversos créditos por más de 100 millones de dólares.

Halliburton también envió un comunicado interno confirmando que pagaría un anticipo salarial el 30 de abril y “cuanto antes sea posible” el saldo restante, sin especificar fecha. Según argumentaron desde la empresa, “esto es debido a la reducción pronunciada en nuestra facturación durante los meses de marzo y abril”.
Empresas como Schlumberger y Pecom (de Pérez Companc) comenzaron a proponer como alternativa el retiro voluntario para algunos de sus trabajadores. Weatherford, en cambio, directamente anunció suspensiones, señalando que la crisis se deriva de una “coyuntura internacional que condiciona e impacta negativamente en la industria hidrocarburífera”. Empresas productoras como YPF, Pan American Energy (PAE), Tecpetrol, Pluspetrol, Exxon, Chevron, Shell, Total y Vista vienen constatando un fuerte deterioro de su esquema de costos, al compás de la caída internacional de los precios del crudo.

 

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