Así lo confirmó el titular de la Superintendencia de Servicios de Salud del Ministerio de la Nación ante la consulta por el financiamiento de las asfixiadas obras sociales sindicales. “Este año ya les hemos bajado más de 70 mil millones de pesos, suma que triplica lo dado en años anteriores y no estamos endeudados con las obras sociales”, afirmó.
Este monto ha sido distribuido entre los distintos subsidios automáticos que los paga directamente la AFIP a medida que recauda el Fondo Solidario y el Sistema de Reintegros de las personas con discapacidad, más la emergencia por la caída de recaudaciones y el pago de los módulos Covid.
Nadie pensó que la pandemia se iba a extender durante tanto tiempo, pero el aislamiento permanece luego de casi ocho meses y algunas actividades que están todavía muy golpeadas se ven seriamente afectadas en la baja recaudación de sus obras sociales en momentos donde las demandas de salud son inversamente proporcionales a los ingresos de fondos.
Al respecto, Zanarini señaló que aquellas entidades que hayan disminuido aportes y contribuciones por debajo de la recaudación de marzo “han sido equiparadas con un fondo de asistencia y de emergencia que tenía la Superintendencia” que según dijo, “no era un fondo de aportes del Tesoro Nacional sino recursos del propio sistema”.
Por otro lado agregó que “el fondo solidario de redistribución que también es un fondo al cual aportan las obras sociales, reintegra los costos de todas las prestaciones de alta complejidad, lo que se llama enfermedades catastróficas o de alto costo” y “hemos comenzado a darles adelantos, anticipos a cuenta, no de lo que van a gastar porque ya lo gastaron, sino de lo que van a presentar para su reintegro”.
Ambas asistencias se prestan con un solo fin, “que mantengan el servicio de clínicas y sanatorios privados, que el sistema privado en la Argentina atiende prácticamente al 70% de la población dado que ese es el porcentaje de argentinos y argentinas que su salud está cubierta por aportes y contribuciones”, destacó.
Zanarini dijo que no hay deudas del Estado con la Seguridad Social e insistió con que “no existe discrecionalidad respecto al reparto de los fondos con las obras sociales sindicales” como suelen criticar los sindicatos. También desmintió arbitrariedades y afirmó que “estamos cambiando todo el sistema de SUR para que sea totalmente virtual y para que sea el propio sistema al que se reintegre en tiempo oportuno” y no existan retrasos de hasta un año como se daba anteriormente, “que siempre da lugar a falta de transparencia como mínimo”, apuntó “así que aquí estamos, tratando de hacer un sistema que sea mucho más ágil pero fundamentalmente más transparente”.
Por otra parte confirmó que “hemos autorizado los aumentos a los servicios prepagos de Salud que no tenían incrementos desde diciembre de 2019” y esa autorización “implica un incremento del 15% a partir del 1ro de diciembre del 2020 y un 10% no acumulativo, es decir 25% del total pero desdoblado, a partir del 1ro. De febrero”.
Por último Zanarini hizo hincapié en un tema central: la crisis del sistema de Salud, que sin duda adelantó “lo tenemos que redefinir”, crisis que según manifestó se aceleró por la pandemia, motivo que generó ya reuniones entre el Ministro Ginés Gonzáles García, el Ministro Claudio Moroni, el Jefe de Gabinete del Ministerio de Salud Lisandro Bonelli, Héctor Daer y la gente de ATSA y la Unión Argentina de Prestadores de Salud que nuclea casi todas las cámaras de prestadores, de modo de ver cómo “aprovechamos esta transición y revisamos y barajamos el sistema de nuevo”, finalizó.