Todavía con signos de euforia por lo que consideraron un éxito, sobre todo por la cantidad de gente que participó de la movilización, la CGT debatirá la semana próxima -el martes a las 14 horas- el impacto político de esa expresión de la que participaron también las organizaciones sociales y distintos sectores alejados de la central que volvieron a aglutinarse.
De hecho le pusieron número a la manifestación y desde la central obrera salieron a agradecer (a través de un video) la participación de “500 mil” asistentes a la celebración en el monumento al trabajo.
En la agenda ocupará un lugar destacado el proceso electoral que llevan adelante y la necesidad de plebiscitar la actual conducción, que podría ampliarse luego del 11 de noviembre donde surgirá de las urnas el nuevo consejo directivo que conducirá la organización por los próximos cuatro años.
También se colará el “congelamiento de precios”, medida que si bien no fue apoyada ni refutada concretamente por los principales referentes gremiales en forma pública, sí dejaron trascender que no se recibió con demasiado optimismo, debido a que ya se ha implementado la misma política años atrás con “magros resultados económicos y pésimos resultados políticos”.
Para plantear este temario habrá la semana próxima una nueva reunión de consejo directivo donde no dejarán afuera tampoco el rol que deberán ocupar en ese control de precios, pues han sido convocados por el Gobierno, como uno de los actores capaces de contribuir al cumplimiento efectivo de la medida.
Más allá de éstas cuestiones coyunturales, desde todo el arco sindical se celebra que el acento tanto del oficialismo como de la oposición esté puesto en la necesidad de crear trabajo, trabajo genuino en el sector privado, de convertir los planes sociales en empleo formal, la verdadera alianza entre el capital y el trabajo, que “es la única que puede fortalecer el sindicalismo en la Argentina”, coincidieron.