Pese a la inestabilidad política en la que ha incurrido el Gobierno luego de las PASO, y bajo el efecto de la carta de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el presidente confirmó que “tiene bastante avanzada” la renovación del gabinete y que se prepara el terreno para anunciar en los próximos días medidas económicas para engrosar el poder adquisitivo de los más vulnerables pero también de la clase media, duramente golpeada por la falta de actividad en la pandemia.
El presidente Alberto Fernández habló sobre la tensión política dentro del Gobierno y anticipó que tiene «bastante avanzado» la renovación del gabinete, luego de que varios ministros y funcionarios del “riñón” de la expresidenta, pusieran sus renuncias a disposición.
El triunfo de la oposición en dieciséis provincias argentinas, incluida la de Buenos Aires, significó un duro golpe para la gestión Fernández Fernández, dentro de la cual se generó un fuerte debate entre los distintos actores que todavía tratan de digerir la derrota y buscar un rumbo para revertir ese resultado dentro de 60 días.
En ese sentido, el presidente piensa avanzar con la batería de medidas que ya había anticipado días atrás y que estarán enfocadas en aumentar los recursos para programas sociales y asignaciones, tales como la AUH, y los fondos para obra pública. A propósito de eso se conocieron dos anuncios: el adelanto para este martes de la apertura del debate para el aumento del salario mínimo, vital y móvil que actualmente está en $29.160 y podría ser llevado a un 10% más, y la suba del mínimo no imponible en el impuesto a las ganancias a $175.000.
También se oficializará el otorgamiento de un bono compensatorio para jubilados y pensionados para el mes de octubre y el lanzamiento del programa Previaje para ese grupo etario. Otra posibilidad que comenzó a analizar el Ejecutivo es un «IFE segmentado» y créditos a tasa cero para trabajadores asalariados, todas cuestiones que lleva adelante el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien habría sobrevivido a los recambios que se aproximan.
Se analizan también otras medidas, que podrían formar parte del mismo anuncio, o de uno posterior, pero que siempre tienden a revertir este efecto «ajuste» que se habría efectuado en el presupuesto -y que cuestiona el cristinismo- de modo de poder equilibrar el déficit fiscal en los primeros meses del año, tal como lo «sugeriría» el FMI, en vistas de alcanzar un futuro acuerdo con la Argentina.