En el marco de la inauguración oficial de la 137° Exposición Rural, en el histórico predio de Palermo, el presidente Javier Milei pronunció un discurso en el que confirmó una baja “permanente” de las retenciones a las exportaciones agropecuarias, lo que fue recibido con aplausos por las organizaciones integrantes de la llamada Mesa de Enlace. En simultáneo, desde el Gobierno se convocó a los dirigentes ruralistas para presentarles detalles de la “desregulación” del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que incluyen una reducción del 80% de las Direcciones Nacionales y el cierre de 41 agencias de extensión rural (AERs), para lo que se abrió un proceso de jubilaciones compulsivas y la apertura de retiros en el organismo.
Después del discurso inaugural del presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino, Milei anunció: “Quiero aprovechar este día para hacer un anuncio importante sobre ese gran flagelo que nunca debió haber existido. Desde hoy, las retenciones a la carne aviar y vacuna se reducirán del 6,75% a 5%; las retenciones al maíz de 12% a 9,5%; las retenciones al sorgo de 12% a 9,5%; las retenciones de girasol de 7% y 5% a 5,5% y 4% y también las retenciones a la soja, del 33% al 26% y a las subproductos de soja de 31 a 24,5%”.
El mandatario remarcó que esta medida “redunda en una reducción de retenciones de las alícuotas para las cadenas de granos del 20% y una reducción de retenciones en la cadena de ganado y carnes del 26% que será permanente, lo cual busca dar impulso al campo, el sector con mayor productividad en la economía y fuertemente castigado por estos impuestos en los últimos 20 años”. Además, aseguró que el anuncio “incluye también las rebajas transitorias que anunciamos sobre trigo y cebada, que también serán permanentes”.
En las semanas previas desde la Mesa de Enlace se habían presentado cuestionamientos al plan oficial de “desguace” del INTA, y el mismo Pino en su discurso insistió en que el organismo “debe valorar a su personal calificado y tener una gestión dinámica de sus cuadros profesionales y administrativos”. Lo mismo planteó en relación con el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA): “En un país exportador no podemos no tener un SENASA del mejor nivel internacional”.
Pero desde el oficialismo, que hace algunos días avanzó con el plan de reestructuración del INTA, se convocó a representantes de la Mesa de Enlace para detallarles los cambios que se planea llevar adelante, entre los que se cuentan la reducción del 80% de las Direcciones Nacionales, el cierre de 41 agencias de extensión rural (AERs) y la eliminación del cargo de Jefe de Grupo. Además, se confirmó la eliminación de programas como el de Agricultura Familiar y Apicultura, la venta del histórico edificio de la calle Cerviño y la rescisión de todos los alquileres del organismo en la Ciudad de Buenos Aires, así como el remate de 600 vehículos que los trabajadores del INTA utilizaban para garantizar una cobertura nacional. También se dan de baja 75 plataformas y redes y se clausura la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) del Área Metropolitana de Buenos Aires, lo que incluye el cierre de 9 AERs y 29 oficinas técnicas.
Según anticipó el Gobierno, para avanzar con estas medidas se pondrá en marcha un plan de jubilaciones coercitivas, para los agentes en condiciones de retiro, y la apertura de un plan de retiros voluntarios a partir del 1° de agosto y por 30 días. Ante estos anuncios, los gremios ya plantearon reclamos judiciales en defensa del organismo y de los puestos de trabajo.