De acuerdo con un reciente estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), en apenas cinco meses del gobierno de Javier Milei se concretaron más de 200 mil despidos, 170 mil de los cuales son del ámbito privado (especialmente en la construcción y en la industria), a los que se suman otras 30 mil cesantías en el Estado. Además, se registraron cerca de 100 mil licencias, suspensiones y retiros voluntarios.
El informe de CEPA detalla que entre noviembre de 2023 y abril de 2024 se contabilizaron 167.205 despidos en el sector privado, a lo que se suman otras 10.452 suspensiones. En un desglose de datos se comprueba que el sector más afectado fue el de la construcción, con un estimado de 100 mil cesantías (datos que coinciden con los estimados por la Cámara Argentina de la Construcción). La debacle en este sector se relaciona directamente con la decisión del Gobierno de suspender totalmente la obra pública desde el primer día de su gestión.
La industria sigue en caída libre, especialmente en el sector metalúrgico que retrocedió 17,3%
En el caso de la industria, se constataron 76.311 despidos, más otros 1.346 casos en el sector servicios. En cuanto al sector industrial, algunos de los casos más relevantes fueron los de empresas como Whirlpool, una industria productora de Línea Blanca, que en mayo despidió a 60 trabajadores de su planta del Parque industrial Pilar, por el desplome de las ventas en los últimos meses. Otra firma del rubro, Briket, fabricante de heladeras, exhibidoras y freezers, cesanteó a 300 trabajadores en el año. Canale, del sector alimenticio, despidió a 38 personas en el marco de la recesión económica generalizada, lo mismo que Ferrum y FV (fabricantes de sanitarios, golpeadas por el parate de la construcción), que dejaron sin empleo a 100 y 800 empleados respectivamente.
En cuanto a las suspensiones, los casos más destacados son los de la industria automotriz, que sufre su mayor caída en más de una década en producción, exportación y venta de vehículos y los de la siderúrgica, con el ejemplo principal de la empresa Acindar, que ya paralizó su producción un mes entre mediados de marzo y de abril, y anticipa que trabajará sólo dos de los próximos seis meses.
Sigue desplomándose el uso de la capacidad instalada y la industria está a niveles de pandemia
El estudio detalla: “Desde su asunción el Poder Ejecutivo presenta un sesgo anti industrial: a las medidas de política económica, se las complementó con derogaciones de leyes de protección a la industria local vía DNU, desfinanciamiento de organismos trascendentales como el INTI, y la estocada final es el RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones), que pone en jaque el entramado productivo local”.
Esta catástrofe laboral en el sector privado se acompaña con una constante sangría de empleos en el Estado, con tandas de cesantías y finalización de contratos por parte de la nueva administración, que ya alcanzaron las 29.604 desvinculaciones.
Se desploma la producción industrial y Acindar confirma un parate de cuatro meses