El éxodo de empresas que se van del país por la situación económica, como Falabella, Latam o Glovo, no es un fenómeno propio de esta época sino que comenzó bajo la gestión macrista, en la que el fuerte ajuste de la economía más los tarifazos abrieron la posibilidad de una baja rentabilidad importante.
Los ejemplos de firmas que abandonaron el país o directamente quebraron son muchísimos y Estado de Alerta dio cuenta de ellos, muchos perjudicando las economías provinciales. Solo basta con recordar el caso de Massalin Particulares, que cerró en julio de 2016 su planta de Tucumán; En septiembre Yovilar cerró la planta que producía aceitunas en La Rioja; En noviembre cerró la textil Guilford en Comodoro Rivadavia, 200 despidos; En enero de 2017 Alpargatas decidió cerrar su fábrica de Florencio Varela. En los siguientes dos años y medio se deshizo de ocho de sus nueve plantas, pasando de tener casi 4000 empleados apenas 700.
Otras compañías que no pudieron resistir el embate de Cambiemos fueron Banghó, que en 2017 cerró su fábrica de computadoras de Vicente López, la que había inaugurado Cristina en 2011. La empresa pasó de 1000 empleados a 400.
Ese mismo mes cerró Cerámica San Lorenzo en San Luis y en febrero de 2017 Pampero bajó las persianas de su planta textil en Chaco.
Otros casos significativos fueron los de la Serenísima, que clausuró su planta en Rufino, Puma, poniendo fin a su planta en Sanagasta, y Atanor, que cerró sus plantas de Baradero y Munro. También terminaron emprendimientos en provincias Adidas, Dulcor, la quesera Magnasco, Plascar, Aliaxis, BGH, Renault, Freddo y Fanazul.
Para el Ministro de Producción, Matías Kulfas, señaló sobre este tema que «se montaron en casos particulares para inventar un éxodo masivo de empresas» y que «lo que se hizo fue por un lado tomar datos particulares de sectores que están afectados, como las aerolíneas que están afectadas en todo el mundo, y desde ahí se montaron en la idea de un éxodo masivo, lo cual es falso».
El funcionario sostuvo que para él sucede «todo lo contrario». «Dos o tres veces por semana asistimos con el presidente (Alberto Fernández) a anuncios de inversión», argumentó.
«Lo que vemos es una situación heterogénea. Está claro que hay sectores que la están pasando mal y otros que se están recuperando, pero estamos lejos de un éxodo de empresas, de hecho todas las semanas hablamos con inversores nacionales e internacionales», sostuvo.