“El que se va sin que lo echen vuelve sin que lo llamen”. No fue el caso. A Emilio Monzó lo convocó el presidente Mauricio Macri para formar parte de la mesa chica que integra junto a la gobernadora María Eugenia Vidal, al jefe de la Ciudad, Horario Rodriguez Larreta y al jefe de Gabinete, Marcos Peña.
Después de haber estado “frizado” mucho tiempo, situación que lo había decidido a salir de la coalición de Cambiemos, Emilio Monzó aceptó la convocatoria y no llegó solo, sino en compañía de Rogelio Frigerio, actual ministro del Interior, otro de los actores más políticos del gobierno que tiene muy buena llegada a todos los gobernadores.
Monzó que ya había anunciado su alejamiento de la Cámara de Diputados, de la que es presidente, volvió como piloto de tormenta en un momento en que Mauricio Macri parece haber entendido que no es tiempo de globos amarillos sino de ponerse al frente de esta crisis con gente que haga política y no “marketing”.
Después de tanta sordera, empezar a escuchar puede ser el principio de algo. Definitivamente entender que esta crisis económica necesita de una mano política, es entender que de esta salen juntas o no salen.