A medida que se responde un interrogante, surge otro. Ya fue claro, el ex ministro Carlos Tomada en la reunión que mantuvo la semana pasada frente a un auditorio inquisidor: el próximo ministro de trabajo no será de extracción sindical. Aún sin dirigir la cartera, pretenden ser influyentes en la política laboral del próximo gobierno.
También los más influyentes sindicalistas, evitan proponer nombres, seguros de que eso no es garantía de buen resultado. Prefieren sí transmitir algunas de las cualidades que debería tener él o la futura jefa de la cartera laboral. Y en varias ocasiones van por la negativa: pasan la seña de quien prefieren que no sea.
Aunque por su despliegue podría parecer que sí, el mismo Tomada ha reconocido y señalado, en una reunión con un grupo de sindicalistas de primera línea, que tampoco él sería la persona para ocupar ese ministerio, -tal como lo anticipó EdeA días atrás-. Será sí una fuente de consulta permanente luego de que ocupar ininterrumpidamente esa función durante 12 años consecutivos. De hecho se reunió días después en Córdoba con otros 20 gremios para discutir el futuro del trabajo. Ahí presentaron sus 13 propuestas de la «Agenda Urgente para una Sociedad de Trabajo». http://agendaurgente.org/
Lo más importante por ahora, o por lo menos eso es lo que se intenta, es “poner en valor“ el trabajo que realizan varios centros especializados, para elaborar un documento garante de las demandas laborales, a la hora de alcanzar un acuerdo de política laboral dentro de “el pacto social” del que habla Fernández si efectivamente se convierte en presidente.
Hay cierto consenso, confirmado desde ambas partes, de que, «quien asuma deberá ser una persona joven, porque así lo va a requerir la gestión” afirman conscientes de que el país que recibe Alberto Fernández no será un “lecho de rosas”, sino todo lo contrario, tendrán que poner el hombro entre todos para reconstruir el tejido productivo, laboral y social.
Tampoco parece que el “elegido” pueda surgir de los estudios de abogados laboralistas que asesoran a los principales gremios y conocen las internas mundo sindical. También las de la seguridad social que, se ilusionan, tal vez vuelva a ser parte del Ministerio de Trabajo -pues ya fue anticipado por Fernández que recuperará su jerarquía-.
Por ahora, están concentrados en el diseño consensuado de ese “manual de reglas básicas”. En cuestiones del mercado laboral hay coincidencias en que: los despidos, el trabajo precario y la pérdida de poder de compra de los salarios serán las prioridades más urgentes que buscará resolver el Frente de Todos si se impone en las urnas el 27 de octubre.
Vale la aclaración de que, si el desempleo no ha sido aún mayor, es debido a que los trabajadores con empleo registrado pasaron al rubro de empleo precario, engrosando estas filas de tal modo, que la proporción de este proceso se ha vuelto muy peligrosa para todo el sistema de empleo, pues son ciudadanos sin obra social, sin derechos ni jubilación.
Todos coinciden como única salida en la importancia de encontrar entendimientos tripartitos, entre empresarios, gremios y Gobierno, en el que se ilusionan -éste aportará, como impronta- “una gran voluntad de diálogo”.