Dentro de los efectos que ha producido en el sector del transporte el aislamiento social por la pandemia, la aviación merece un capítulo aparte, ya que, en la mayoría de sus expresiones, ha sido considerada “esencial”, pero en cuanto a la aviación ha quedado totalmente desactivada.
En ese sentido, desde la Federación Internacional del Trasnporte (ITF), aseguraron que “Ese es uno de los grandes retos que existe hoy por porque es el sector más golpeado, en términos de una paralización clara, la frontera de los países cerradas, alguna línea operando a muy baja densidad, otras prácticamente nulas”.
Sin embargo, lejos de plantear un “negro” panorama, el titular de la organización sindical internacional, Edgard Díaz lo señaló como “una gran oportunidad”, ya que a partir de ésta nueva realidad “la carga, vía aérea, se ha incrementado muchísimo para transportar los insumos y equipos de protección que necesitamos frente a la pandemia y por lo tanto el negocio se ha volcado a ese rubro para garantizar mínimas condiciones de operación y alguna ganancia”.
Por ese motivo desde la ITF “venimos apoyando a los sindicatos del grupo de LATAM, del grupo COPA y del grupo AVIANCA” que son las principales líneas aéreas en nuestra región, donde vienen ellos negociando fuertemente con los empleadores y en algunos países como Chile “hubo un 50% de reducción salarial; en Brasil se acaba de hacer una negociación directa con los trabajadores ignorando al sindicato para que en efecto puedan aceptar algún retiro voluntario o licencia no remunerada; en Panamá se está negociando fuertemente con COPA, donde los sindicatos en efecto tratan de minimizar el impacto”, detalló Díaz.
Por otra parte, señaló que “las líneas aéreas americanas están haciendo lo mismo, American Airlines, Delta Airlines, entonces nosotros tenemos que hacer lo mismo, dentro del panorama los sindicatos aglutinados en ITF y con los acuerdos y comunicados que hemos sacado en conjunto con la IATA es que se garanticen las condiciones mínimas y que afecten a una rápida recuperación y una rápida reconversión de todos los trabajadores para que sean lo menos minimizados posible en el impacto de perder sus salarios, en el impacto de perder sus puestos de trabajo”, afirmó.
El impulso es fuerte, lo menos que se necesita para sortear ésta grave crisis, nunca antes vista en el transporte aéreo, con muy lejanas posibilidades de reactivación durante el 2020, en vuelos de pasajeros pero sí con el optimismo de que “este viraje hacia el transporte de carga pueda salvar al sector y en el que se está trabajando denodadamente para que así sea”.
Falta preguntarse en éste sentido cómo será la reacción de los demás sectores del transporte que tendrán que reacomodarse a ésta nueva realidad. En ello está enfocada la organización que se financia con la cuota de unos 20 millones de trabajadores de más de 500 sindicatos afiliados en el mundo, de los 147 países que la integran.
Organismo con una fuerte presencia de nuestro país. De hecho uno de los cuatro Vicepresidentes mundiales que componen la Federación Internacional del Transporte (la ITF) es el camionero, Pablo Moyano. También Julio Sosa, el Ferroviario de La Fraternidad y Roberto Coria integran la lista de dirigentes sindicales con responsabilidad en ese espacio.