Los datos fueron publicados por la Secretaría de Hacienda, que, si bien rescató el dato superavitario, dejó en claro el déficit total de $54.520 millones. Es que durante el quinto mes del año ingresaron unos $80.000 millones debido a la recaudación del Aporte Solidario por única vez, lo que engrosó las cuentas del Tesoro Nacional, generando un dato relevante: un superávit de $25.714 millones.
Claramente fue una muy buena noticia para el ministro de Economía, Martín Guzmán, quien en persona se encargó de difundir esos números. Gracias al gravamen, “el rojo primario totalizó apenas un 0,15% del PBI, muy por debajo de la meta de 4,5%”, una cifra con la que el ministro viene batallando, pues de ella depende, en gran parte la negociación con el Fondo Monetario Internacional y el Club de París.
Así se logró el segundo superávit primario del año, esta vez por $25.714 millones, una ayuda para alcanzar algún equilibrio en un presupuesto donde por ejemplo faltó considerar los gastos atribuibles a la segunda ola de Covid, que generó y continuará generando costos millonarios, aún sin montos establecidos.
La crudeza de los datos está en que se avizoran dos caminos: continuar con el “ajuste” del gasto, que le reclama la política, pues hay que asumir los costos sociales en una Argentina con 42% de pobres o volver a insistir en el polémico impuesto que ya no sería un Aporte Solidario por única vez, sino un impuesto, liso y llanamente como criticaba la oposición durante su creación.
La reactivación de la obra pública generará un efecto positivo en los próximos meses. También los aumentos de tarifas –pues aunque moderados-, achicarán los subsidios estatales al transporte y la energía. Pero de todos modos será un camino sinuoso, la abultada inflación también “embarra” estos números, y aunque continúa en descenso, ya reconocen que será necesario “blanquear” una nueva proyección oficial de aumento de Precios.