El sindicalismo abroquelado  frente a los peores datos de inflación y salario desde 1991

La fuerte presencia de todo el arco sindical, ayer en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo, era una foto deseada desde hace tiempo. Las diferencias quedaron de lado frente a los alarmantes datos de la realidad y parece iniciarse un nuevo ciclo en un año donde el calendario electoral se acelera.

Participaron de la jornada: el secretario general de la CGT, Héctor Daer, su hermano, Rodolfo Daer de Alimentación.  Pablo Moyano de Camioneros, Hugo Yasky de CTA, Víctor Santamaría de Suterh  y una fuerte presencia de la Corriente Federal, Sergio Palazzo de Bancarios, Pablo Biró, Aeronaúticos, Carlos Minucci, Apsee, Graciela Aleñá, de Viales. También Omar Plaini de Canillitas, Horacio Ghilini, Docentes  Sergio Sánchez  de Peajes,  Vanesa Siley, referente de mujeres sindicalistas, entre otros.

Todo el auditorio fue testigo de los peores datos de índices de de los últimos tiempos. La inflación de los trabajadores fue del 4% en febrero, según el relevamiento del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) dependiente de la UMET , y por primera vez desde 1991, la inflación interanual (febrero 2019 versus febrero 2018) superó el 50%, ubicándose en 51,6%, destacó el centro de investigación.

En tanto, el trabajo hizo incapié también en que el poder adquisitivo de los asalariados formales bajó un 15,2% desde noviembre de 2015, en lo que es una profundización del fenómeno en el último tiempo.

De hecho, respecto de los salarios, para los expertos de la UMET hubo una retracción del 11,5% en el último año ubicándose actualmente en valores inferiores a los de 2009, es decir un retroceso de 10 años.

Así el informe que brindó al inicio del encuentro el rector de la UMET, Nicolás Trotta, puso en estado de alerta a los referentes gremiales y aceleró los tiempos de la movilización,  a tal punto que luego del encuentro, reconfirmaron la marcha del 4 de abril, el inicio de un plan de lucha fuerte contra la política económica del gobierno con  participación de todo el arco gremial sin distinciones.

A la medida se  también se sumarán representantes de Pymes y comercios, trabajadores de la Tierra y Movimientos sociales, los más perjudicados por la macroeconomía.

Tanto es así que otro dato relevante de la medición es que la inflación de febrero estuvo motorizada en primer lugar por «Vivienda y sus servicios», con una suba de 5,7%, debido a los tarifazos sobre las facturas de la energía eléctrica. En segundo orden, «Otros bienes y servicios» trepó 5,5%, traccionada por cigarrillos y pañales. «Alimentos y bebidas», el rubro de mayor peso en la canasta de los trabajadores, «se encareció un preocupante 4,8%», en un mes en el que se registraron marcadas alzas en frutas, carnes y pescados.

Y el golpe más bajo es aún que la inflación interanual del decil de menores ingresos medido por el IPC de los trabajadores, trepó por encima de la general y llegó a 54,5%.