La reciente publicación del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Incec) refleja un preocupante incremento de la pobreza en Argentina, alcanzando el 52,9% en el primer semestre de 2024 (la tasa de indigencia alcanzó al 18,1% de la población). Esto implica que casi 25 millones de están en situación de pobreza en los primeros meses de gestión del Gobierno nacional de Javier Milei, lo que intensifica las demandas sobre los sindicatos que deben lidiar con el deterioro de las condiciones laborales y las crecientes tasas de desempleo, subempleo y el trabajo precario.
El Gobierno, por su parte, atribuye estos índices a las políticas “populistas” previas, asegurando que, sin sus medidas actuales, la pobreza habría escalado aún más. Manuel Adorni, vocero presidencial, señaló que la inflación es la causa central de esta situación y que cuando se resuelva este problema central, la pobreza descenderá. Pero, pese al durísimo ajuste y la recesión de los últimos meses, la inflación sigue sin poder perforar un piso de 4%. La pobreza durante el primer semestre implica un aumento de 11,2% respecto al cierre del año pasado y de 12,8% en términos interanuales.
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El 52,9% de las personas de 31 aglomerados urbanos relevados por la Encuesta Permanente de Hogares formaba parte de hogares en condición de pobreza durante el 1° semestre de 2024 https://t.co/hGQZAqDqle pic.twitter.com/x0bXwZz3WN— INDEC Argentina (@INDECArgentina) September 26, 2024
Desde el ámbito gremial, se critica que los ajustes y la falta de políticas redistributivas han profundizado la crisis, afectando de manera más grave a los sectores más vulnerables, como los menores de 14 años, donde la pobreza alcanza el 66,1%. En un desglose por regiones, la más alta incidencia de la pobreza se registró en el Noreste (62,9%), seguida por el Noroeste (57%).
Los sindicatos advierten que la combinación de un mercado laboral debilitado, salarios insuficientes y una inflación desbordada ha dejado a los trabajadores sin posibilidades de salir de la pobreza. Aunque se han logrado aumentos en algunas paritarias, estos han quedado opacados por la espiral inflacionaria, que sigue erosionando los ingresos reales.
El aumento de la pobreza no es solo un problema económico, sino también social, ya que agrava las tensiones y las condiciones de vida de millones de personas. Desde el movimiento gremial se reclama un urgente replanteo de las políticas económicas que, según afirman, siguen castigando a los trabajadores y a los sectores más postergados. En este sentido, las próximas semanas presentan un cronograma plagado de protestas gremiales.