Conversatorio Mundo Laboral
Las últimas reuniones de la así llamada ‘CGT Ampliada’, permitieron poner en superficie conversaciones y construcciones que mucho se negocian por lo bajo entre los principales referentes de lo que se conoce como Movimiento Obrero Organizado. En este sentido, el acto del 9 de julio y la posterior disputa verborrágica entre Daer y Acuña, puso en superficie parte de la discusión.
Es un secreto a voces que el hombre del sindicalismo elegido por Alberto Fernández es el titular de ATSA. Por lo que es una fija que el también referente del sector denominado como ‘los gordos’, que integra el mercantil Armando Cavalieri, junto a otros gremios de servicios y de la actividad industrial, continuará en la conducción de la central madre. Quizás en un nuevo trípode de secretarios generales.
Paralelamente, el sector del SEMUN, que lidera el ferroviario Sergio Sasia, junto a Guillermo Mozer de Luz y Fuerza y Luis Pandolfi de lavaderos y tintorerías industriales, viene creciendo exponencialmente. Nacido como una fractura del MASA, que comandaba el renunciado Omar Viviani, el SEMUN podría sumar a las organizaciones que integraban este sector (antes liderado por el taxista), mientras comparte encuentros virtuales con el jefe de la UATRE, Ramón Ayala, representante de otra decena de organizaciones.
Las negociaciones también incluyen al sector barrionuevista que comanda Carlos Acuña y que tiene una fuerte presencia a través de varios sindicatos de la ‘Azul y Blanca’, al frente de distintas secretarías. De aquí, en caso de prosperar una alianza, surgiría la segunda pata de un posible trípode gobernante de una CGT en modo 2021.
El otro sostén del trio de Secretarios Generales apunta al retorno en la conducción de la Corriente Federal, el sector de mejor vínculo con Cristina Kirchner. Allí siempre asoma el nombre del Bancario, Sergio Palazzo como máximo referente, aunque el ala del sindicalismo K, se exhibe como una construcción de representación horizontal.
Claro que esto impediría que el gremio de ‘los moyano’ formara parte de la primera línea de la nueva conducción. Sin embargo, no son pocos los que apuestan a que el gremio camionero acepte formar parte de esta unidad. Siempre y cuando se acuerden políticas para la actividad y se superen asuntos pendientes. A cambio según dicen, que modere su naturaleza de anexar encuadramientos.
Como sea, ‘los tiempos electorales’ de la CGT se han estirado a partir de los protocolos sanitarios reinantes. Así es que cada dirigente busca establecer sus propias líneas de contactos con el gobierno, mientras se seguirán evaluando las alianzas.
Esto lo sabe también el eterno trío ‘independiente’ de la UOCRA de Martínez, el UPCN de Rodríguez y el Aguas Argentinas de Lingieri. Más el versátil Victor Santamaría, de reconocido peso propio a partir encabezar el Partido Justicialista porteño y de su fuerte injerencia en los medios de comunicación.
Así también, los sindicatos del transporte; portuarios y marítimos (en gran parte nucleados en la FEMPINRA que encabeza el ex triunviro Schmid), los aeroportuarios, aeronavegantes y terrestres que conviven en la CATT, cuentan indiscutiblemente con voz y voto, entre otras cuestiones, por su ‘alto poder de fuego’ y el rol fundamental que cumplen en diferentes políticas de Estado.
Quizás lo que aparece improbable es la sumatoria de los gremios que conviven en las distintas expresiones de la CTA y los integrantes de la Economía informal, que nuclean los movimientos sociales, más allá del esfuerzo que han puesto en ser aceptados institucionalmente por la central de la calle Azopardo.
Como sea, nadie duda que alcanzar una unidad amplia del Movimiento Obrero Organizado, sería un gran capital para el gobierno nacional, ya que le permitiría contar con un aliado más que necesario para enfrentar mucho de lo que vendrá en la era post pandemia.