El paro general se sintió con fuerza en el interior

El paro general que dispuso la CGT contra las políticas que lleva adelante el Gobierno nacional tuvo un alto impacto en el interior del país, en parte gracias al acatamiento de los gremios de transporte en las principales ciudades. Solo aquellos comercios atendidos por sus dueños mostraron actividad.

En Córdoba, organizaciones de izquierda cortaron uno de los principales accesos a la ciudad capital, el puente Centenario, y reclamaron una medida de fuerza por 36 horas. No hubo transporte y apenas algunos comercios abrieron sus puertas. Los gremios más importantes marcharon por las calles del centro y culminaron en un acto donde fustigaron al Gobierno por la situación socio económica y recordaron el «Cordobazo».

En Santa Fe el panorama fue similar: no hubo clases, bancos, atención en las oficinas del Estado ni medios de transporte. En Rosario incluso hubo piquetes en los principales accesos a la localidad y movilizaciones convocadas por el Movimiento Sindical Rosario, que reúne a la mayoría de los gremios del PJ y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).

Según Eduardo Delmonte, el titular de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Eduardo Delmonte, la Casa Rosada con sus políticas «insiste en tapar el sol con la manos» y destacó que el paro de hoy «sirve para que nos encontremos todos, los trabajadores ocupados, los desocupados y los jubilados».

El escenario se replicó en Tucumán: sin servicios esenciales para la movilidad, clases, oficinas estatales ni bancos. Supermercados, shoppings y comercios estuvieron abiertos pero existió poca gente en las calles. Vale destacar que el gobernador de la provincia, Juan Manzur, se mostró a favor de la medida de fuerza: «Es un derecho constitucional que tienen todos los trabajadores en la Argentina y que lo expresan a través de sus representantes», argumentó el mandatario peronista. Y agregó: «El reclamo es por la situación económica errada a la que nos está llevando el Gobierno nacional».

Con respecto a Río Negro, distintos referentes sindicales indicaron que el paro «tuvo mucha fuerza»: «Fue absolutamente masivo, con el apoyo del gremios del transporte público. Está claro que la política económica del Gobierno debe cambiar». Desde la CTA precisaron:»La clase trabajadora le ha dicho que no al ajuste, al plan del Fondo Monetario Internacional (FMI) y a Macri».

En Misiones, la huelga de la principal central obrera hizo que se paralizaran las clases, las oficinas del estado provincial, bancos y transporte. La capital estuvo «semidesierta», como dijeron algunos comerciantes que abrieron sus emprendimientos, y en el interior las empresas industriales intentaron llevar adelante su jornada laboral.Los aeropuertos no mostraron actividad.

En la provincia de Mendoza, el paro no se sintió con demasiada potencia: la administración de Cornejo dispuso de custodia policial en los colectivos y en las estaciones de metrotranvía para garantizar que no hubiera inconvenientes. Pero la frecuencia de los servicios se vio afectada en un 70% debido a las marchas de los sindicatos.

Algo similar pasó en Jujuy: la administración de Gerardo Morales, de Cambiemos, no apoyó la decisión de la CGT y las principales oficinas gubernamentales atendieron al público pese a la ausencia del transporte público, lo que limitó el trabajo. No hubo bancos ni clases en todo el terriorio.