El paro por tiempo indeterminado que lanzaron este martes el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros del Departamento San Lorenzo (SOEA) y la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina (Ftciodyara) para reclamar una actualización salarial que compense las pérdidas derivadas del retorno del Impuesto a las Ganancias ya transita su cuarto día, sin señales de «acercamiento» desde el sector empresarial.
La contundente medida de fuerza que tiene paralizados los puertos cerealeros del Gran Rosario, generando impactos millonarios para el sector empresarial por una baja del 85% en las operaciones portuarias, que no han logrado por el momento que la representación patronal acerque una propuesta salarial superadora que permita reabrir las negociaciones.
Aceiteros paran por tiempo indeterminado reclamando aumentos que compensen Ganancias
Desde el sector patronal de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) denuncia que se «tomaron medidas de fuerza intempestivas, sabiendo que nadie podía evitar que colapsen las rutas y las terminales». Y añadieron: «El daño económico a miles de transportistas y vecinos es absolutamente mayor a cualquier pretensión salarial real. Es menester levantar la medida de fuerza para retornar a la mesa de negociación».
Las ya cámaras anticiparon también su intención de descontar los días no trabajados: «Esta falta de vocación gremial le sigue descontando ingresos a miles de trabajadores aceiteros, que se sorprenderán al ver menguados sus ingresos a fin de este mes. A los transportistas les decimos lo mismo, y es que hay un solo responsable para los males que sufrirán sus familias este mes: los líderes sindicales, que tomaron medidas de fuerza intempestivas, sabiendo que nadie podía evitar que colapsen las rutas y las terminales».
En contraste, el secretario General del SOEA Marco Pozzi remarcó que «la discusión del sueldo viene desde hace un mes”, explicando que “pedimos $1.550.000 de salario mínimo y vital para cubrir las necesidades a partir de julio”, mientras que “las empresas vinieron con una propuesta después de 3 reuniones que realmente era muy baja y no llegaba a $1.400.000”. El gremialista desmintió que el sector esté en crisis y sostuvo que «las empresas son las grandes ganadoras de este modelo, no los trabajadores, nuestro salario representa menos del 1,5% de la ganancia de las empresas».
La posición gremial rechaza el aumebnto de 10% que ofrece el empresariado, que si bien se ubica por encima de la inflación no compensa las pérdidas en el poder adquisitivo que le genera a los trabajadores el retorno del impuesto a las ganancias, reglamentado en las últimas semanas por el Gobierno nacional, lo que constituye el punto clave de la negociación.