Después de recibir a una delegación de la organización empresaria Uniapac en una de sus tradicionales audiencias en el Vaticano, el Papa Francisco destacó las importantes contribuciones del sector de trabajadores «informales» a la economía nacional, recordando que el sector garantizó el abastecimiento y la entrega de bienes necesarios para la vida diaria durante la pandemia de COVID-19.
«Durante el confinamiento de la mayor parte de la sociedad, los trabajadores informales aseguraban el abastecimiento y la entrega de bienes necesarios para la vida diaria y el cuidado de nuestros seres queridos más frágiles», enfatizó el Sumo Pontífice al recibir a una delegación empresarial. Luego remarcó que los trabajadores informales «mantuvieron actividades económicas básicas a pesar de la interrupción de muchas actividades formales».
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Estas declaraciones retoman lo planteado en distintas oportunidades por el líder de la Iglesia Católica, quien en una reciente conferencia de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) había llamado a «dar prioridad a nuestra respuesta hacia los trabajadores que se encuentran en los márgenes del mundo del trabajo y que todavía se ven afectados por la pandemia del Covid-19». En ese mismo evento recordó que «las mujeres de la economía informal, incluidas las vendedoras ambulantes y las trabajadoras domésticas, sienten el impacto del Covid-19 bajo muchos aspectos: desde el aislamiento hasta la exposición extrema a riesgos para la salud».
Ante la OIT, el Papa señaló que «la falta de protección social de los trabajadores de la economía informal y de sus familias los vuelve particularmente vulnerables a los choques, ya que no pueden contar con la protección que ofrecen los seguros sociales o los regímenes de asistencia social orientados a la pobreza» y concluyó: «A veces, al hablar de propiedad privada olvidamos que es un derecho secundario, que depende de este derecho primario, que es el destino universal de los bienes».
