Después de recibir hace algunos días a la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello en el Vaticano, quien concurrió a una audiencia para tratar de presentar supuestas medidas oficiales en defensa de los sectores más vulnerables de la sociedad argentina, el Papa Francisco cargó en varias ocasiones contra distintas políticas del Gobierno de Javier Milei, tanto en lo económico-social como en lo que hace a sus políticas de seguridad. Desde el oficialismo intentaron no polemizar directamente pero varios de sus alfiles salieron a cuestionar sus dichos, calificándolo de «traidor», «ignorante» y «cipayo».
Más allá de los cuestionamientos que le realizó en privado a Pettovello sobre las políticas nacionales, en los últimos días Francisco intervino mucho más directamente en la política nacional. Así planteó, en el marco de un evento realizado en el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral: “El silencio frente a la injusticia abre paso a la división social y la división social abre paso a la violencia verbal, y la violencia verbal a la violencia física, y la violencia física a la guerra de todos contra todos”. Una crítica muy directa a la política impulsada por el Gobierno de Javier Milei.
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Durante ese encuentro también destacó la importancia del amor en las obras y pidió no dejar “a nadie tirado”, proponiendo enfrentarse a lo que definió como “darwinismo social, la ley del más fuerte”. En este sentido, puso como ejemplo al ex presidente argentino Julio Argentino Roca, “que le cortó la cabeza a todos los aborígenes. Acordémonos de Roca. De 46 millones quedaron 600 mil aborígenes. Una cosa vergonzosa”.
El líder de la cristiandad también se refirió muy críticamente a las acciones represivas ordenadas por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich contra las protestas de jubilados: “Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos, quizá. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la policía la rechazaba con una cosa que es lo más caro que hay, ese gas pimienta de primera calidad. Y no tenían derecho a reclamar lo suyo, porque eran revoltosos, comunistas. No, no. Y el Gobierno se puso firme y en vez de pagar la justicia social pagó el gas pimienta, le convenía. Ténganlo en cuenta eso”.
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Este domingo el Papa volvió a referirse a un evento nacional, con una carta manuscrita que le envió al ex legislador porteño y titular de la Fundación La Alameda, Gustavo Vera, agradeciéndole su trabajo y “lo que hacés por Loan”. Vera viene denunciando al gobernador correntino Gustavo Valdes (radical y aliado del Gobierno) por “obstaculizar” la investigación por la desaparición del menor Loan Danilo Peña, por lo que esto también podrían leerse sin esfuerzo como otro mensaje crítico del Vaticano contra el Gobierno.
Aunque las críticas del Sumo Pontífice fueron muy explícitas, el Gobierno nacional trata de minimizar el conflicto y no polarizar con sus dichos, apostando a una visita de Francisco a la Argentina en 2025, que pueda constituirse en un evento capitalizado por el oficialismo. Sin embargo, aunque oficialmente las respuestas mantuvieron posiciones del tipo: “Respetamos su opinión pero no la compartimos”, el presidente Milei no pudo evitar polemizar con sus planteos, pero sin nombrarlo. Desde su cuenta en X manifestó, pocas horas después de los dichos de Francisco: “La mejor política social es equilibrio fiscal, con presión fiscal descendiente y una política monetaria que termine con la inflación”. Luego insistió con que “los degenerados fiscales en su amor a los más pobres, sus acciones sólo los multiplican”.
Otros referentes oficialistas, sin embargo, fueron más explícitamente críticos. El jefe del bloque de diputados bonaerenses Agustín Romo tildó a Francisco de “cipayo traidor” por sus dichos sobre Roca: “Criticar la campaña del desierto es ser un cipayo traidor a la patria al servicio de los peores intereses”. Lo mismo hizo el diputado José Luis Espert: “Decir que Roca era un criminal, por ejemplo. Roca fue el mejor presidente de la historia argentina. Hablando estupideces de que los mapuches fueron asesinados. Los mapuches fueron los asesinos de nuestros indios tehuelches”. Por último, el legislador resumió el estado de ánimo oficialista respecto de la Santa Sede: “Yo creo que el Papa es un ignorante en materia de lo que pasa en la Argentina. Creo que es un ignorante supino. Podría informarse y estudiar un poco. Ha dicho una cantidad de estupideces inimaginables en los últimos días”.