Como en otras oportunidades, el Gobierno vuelve a tomar fondos del ANSES para financiarse. Esta vez fueron 35 mil millones de pesos y 275 millones de dólares, medida que se conoció oficialmente a través de su publicación en el Boletín Oficial a partir de la Resolución Conjunta 62/2019.
En total, son 51 mil millones de pesos, al tipo de cambio actual ($58,44 por dólar). La deuda en pesos pagará una tasa tipo Badlar, que actualmente se ubica en el 60,5% anual y la deuda en dólares se suscribirá a un valor de 961,64 dólares por cada cupón de mil.
Lo más llamativo de la contracción de esta nueva deuda es que ocurre a menos a de un mes del “reperfilamiento” como lo llama el macrismo, o del “default” como lo llama la oposición, que declaró el ministro Hernán Lacunza ante la imposibilidad de hacer frente a los compromisos de corto plazo.
Las nuevas Letras del Tesoro tienen un plazo de vencimiento a 6 meses, para marzo de 2020, cuando asuma el nuevo gobierno, lo que ya afecta la administración de una futura gestión, probablemente de otro partido político -por los resultados de las PASO-.
Lo más preocupante de la situación es que, ante la grave situación que atraviesan los jubilados “la ANSES está ofreciendo préstamos a los abuelos a una tasa superior al 50% anual, préstamos que, según el mismo organismo, en parte están siendo utilizados además «para cancelar deudas tomadas con prestamistas de barrio que les cobran más caro”, lo que denota la gravedad de la situación.
El organismo que conduce, Emilio Basavilbaso, otorga créditos que son a pagar entre los dos y los cinco años, con un monto mínimo de 5 mil pesos y un máximo de $200.000, créditos que «los jubilados contraen para ponerse una prótesis dental, para pagar los servicios o para poder alcanzar la canasta básica de alimentos, inaccesible para el cobro mínimo de menos de 11 mil pesos mensuales» según señalan los mismos trabajadores del ANSES.