En medio de la polémica sobre si las condiciones están dadas para el comienzo de clases presenciales, fue la ministra de Educación porteña la encargada de advertir que “cada vez que haya una medida de fuerza, al docente que no trabaje sin tener una licencia justificada se le descontará el día a partir del 17 de febrero”.
La contracara de éste planteo lo lleva adelante la Ute-Ctera,quien hizo saber su postura a través de su secretaria general, Angélica Graciano, quien señaló que la propuesta de armado de «burbujas» no tiene sustento en la realidad y ejemplificó: «los docentes trabajan en distintas aulas» y en «distintos establecimientos: un docente secundario tiene cinco escuelas. Y no puede ir en bicicleta de escuela en escuela. Son palabras que suenan muy bien, pero caen al vacío», disparó la dirigente gremial.
Sin embargo su postura y el anticipo de posible «retención de tareas» fue tomada como «partidaria» por parte del Gobierno de Rodríguez Larreta, quien aseguró que de los 17 sindicatos docentes que hay en la Ciudad, la mayoría están dispuestos “a seguir discutiendo condiciones laborales”, porque quieren volver a las aulas y ver a sus alumnos» y con ellos «seguirán hablando».
La discusión llega hasta el mismo seno del oficialismo. Ante el extendido dilema y en pleno aumento de contagios, Sergio Massa, titular de la Cámara Baja reclamó la «vuelta a la presencialidad» y pidió «empezar las clases con los chicos en los colegios».
Mientras que en CABA se piensa una asistencia diaria desde el 17 de febrero -pero de medio turno-, el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof para territorio bonaerense anunció que el comienzo del ciclo lectivo se llevará a cabo el 1º de marzo y sugirió un sistema mixto de presencialidad y virtualidad con turnos y días de asistencia alternados.
De hecho, y cumpliendo con el pedido de algunos gremios para tal fin, el próximo 1 de febrero comenzará la vacunación de 21 mil docentes de riesgo que recibirán la Sputnik V, luego de inscribirse en forma voluntaria y gratuita. Se sumará luego al personal docente que no es de riesgo, junto a los auxiliares y demás trabajadores de escuelas que esperan su turno luego de que llegue en las próximas horas el tercer vuelo a Rusia que arribará al país con unas 600 mil dosis más.