Gustavo Lopetegui, el secretario de Energía que reemplazó a Javier Iguacel, prepara un aumento extra de las boletas de gas, que se sumará al ya anunciado incremento del 35% para 2019, con el objetivo de que se cubra el costo financiero que tendrán las empresas distribuidoras por una nueva regulación del Poder Ejecutivo. Esto debe ser convalidado por audiencia pública.
Para el Gobierno, se debe realizar una subasta electrónica a mediados de febrero para que las distribuidoras compren el gas a las petroleras por un plazo que va desde un período estacional (invierno por ejemplo) hasta tres años. Los precios, según indica el área que lidera el ex vicejefe de Gabinete, serán competitivos y, además, “se busca evitar desfasajes ante saltos del tipo de cambio, como ocurrió el año pasado por la dolarización del precio del gas”.
No obstante, las distribuidoras criticaron la iniciativa. En primer lugar, argumentan que se reduce el plazo de pago a sus proveedoras, las petroleras, de 75 a 30 días. En segundo lugar, dejan en claro que cobran facturas a hogares y comercios 60 días después de la entrega, por lo que necesitarán financiarse para poder pagarles a las productoras.
Alejandro Macfarlane, presidente de Camuzzi y ex CEO de EDELAP, comentó que “nos obligan a salir al mercado a financiarnos a una tasa del 50% anual, es decir, cerca del 4,5% mensual, con el objetivo de que las petroleras se cubran de una eventual devaluación. En la práctica, si prospera este cambio regulatorio, las distribuidoras de gas transferirán recursos a las petroleras sin ningún sentido”.
Para calmar los ánimos de las empresas distribuidoras, la Casa Rosada piensa trasladar el costo financiero que posean a los usuarios, que tendrán que hacer frente este año a subas de luz, en torno al 55%, transporte publico, con un boleto de colectivo mínimo de $ 18 en el área metropolitana, y peajes. Dirigentes de la oposición aseguraron que tratarán de frenar las intempestivas alzas desde el Congreso.