El Frente Sindical por el Modelo Nacional (Fresimona) anticipó que la marcha a Luján fijada para el próximo 20 de octubre será una “convocatoria multitudinaria”. Además de los gremios que integran el Frente sindical también participarán de la marcha movimientos sociales, partidos y agrupaciones de todo tipo.
Esta semana representantes del Fresimona se reunieron en la sede de Camioneros con voceros de la Corriente de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), el grupo Martín Fierro, Descamisados, el Frente Milagro Sala y hasta con Inquilinos Agrupados, quienes confirmaron su participación en la medida de fuerza. La marcha cerrará con una misa celebrada por el arzobispo de Mercedes, Agustín Radrizzani
Según se confirmó desde el Frente Sindical, los movimientos “se comprometieron a sumarse a esa marcha, que se va a hacer bajo la consigna paz, pan y trabajo, la misma que lanzara Saúl Ubaldini en 1982, y que reivindicamos en el actual contexto socioeconómico de la Argentina”.
Movimientos sociales e intereses electorales
La ministra de Seguridad Patricia Bullrich afirmó que muchos de los movimientos sociales que participarían en esta protesta y que en estos días apoyaron diversos reclamos en la ciudad (desde la protesta de tareferos hasta las ollas populares instaladas por la CTA y la AGTSyP en reclamo de una “agenda social” en CABA) responden “al armado de candidaturas políticas”. “El Gobierno considera que hoy están cubiertas las necesidades con los distintos planes nacionales, provinciales y municipales de asistencia y se ha aumentado el presupuesto social, con lo cual creemos que la protesta permanente tiene más que ver con una visión opositora que con una necesidad social”, afirmó la funcionaria.
Luego añadió: “Hoy hay muchos mecanismos para que la gente pueda obtener accesos a políticas sociales, por eso nosotros queremos encuadrar bien esto y es importante saber que esta decisión de ciertos grupos de estar todos los días en la calle en definitiva tiene que ver con el armado de candidaturas opositoras más que con un problema social”, insistió Bullrich.
